jueves, 11 de diciembre de 2008

Propuestas solidarias

Pasó el puente y el cumpleaños de la Constitución, el frío se mantiene y la afición por el facebook va a más. En unas horas acabará también el Trienio Zenobia-Juan Ramón Jiménez con un concierto de Carmen Linares y mientras tanto aprovecho para descargar fotos y contaros algunas propuestas para el fin de semana.

Mañana se inaugura en las Cocheras del Puerto el primer Encuentro de ONGs de la provincia de Huelva, que organiza el Área de Cooperación Internacional de la Diputación. Además de un espacio técnico, en el que se desarrollarán sesiones y talleres, habrá otro para la ciudadanía, denominado EnREDando, con actividades lúdico-solidarias que se desarrollarán durante todo el día. Además de proyecciones, exposiciones y ludoteca para los niños, hay una cantina con productos ecológicos y de Comercio Justo donde se puede tomar una tapa el sábado por la mañana o por la noche y luego quedarse a un concierto de un grupo de Senegal del que me han hablado muy bien.

El encuentro coincide en el tiempo con la Semana Cultural del Inmigrante, que ofrece en la Casa Colón la exposición Otras Culturas, con objetos cotidianos, vestuario, artesanía... El sábado por la tarde habrá talleres para niños y una muestra de folclore, con desfile de trajes típicos a cargo de las asociaciones de ecuatorianos, bolivianos y rumanos que viven en nuestra ciudad.

Por lo demás, el teatro vuelve mañana con La cena de los generales, dirigida por Miguel Narros y protagonizada por Sancho Gracia y Juanjo Cucalón. La historia cuenta el encargo de una cena en el Hotel Palace que hace Franco en plena Guerra Civil para homenajear a sus generales. La obra se estrenó hace poco con buenas críticas y es junto a la peli del cineclub del próximo martes, las últimas citas de este trimestre en el Gran Teatro, antes de los Belenes Musicales, los conciertos Fin de Año y otras fiestas de guardar.

Observo que con la crisis, la gente se acuerda poco de la Navidad. Creo que es porque nadie se atreve a hablar de consumo abiertamente. Es como si ahora hubiera que hacer las compras a escondidas, decir que en vez de cenas y borracheras interminables, "quedaremos un día para una cerveza antes de Nochebuena", y proclamar en cualquier ocasión que este año hay que apretarse el cinturón. Ya he dicho alguna vez que a mí el espíritu familiar y las buenas intenciones me entran más bien a última hora, así que puedo decir con las malas que tanta contención no me inspira ninguna confianza.

Mi mercadillo está casi a punto y como sé que todos estáis ansiosos por participar, he pensado ir publicando el contenido para que no se me acumulen tantas peticiones. A falta de local, los gastos de envíos corren por mi cuenta: haré una entrega semanal en la Plaza de las Monjas. Lo que más hay son bolsos: desde 2 a 5 euros, que es lo que cuestan los dos únicos bonitos. Si lo que queréis es simplemente colaborar, podéis elegir entre más de 100 objetos de Todo a un euro. Hay hasta una moneda de 100 pesetas en homenaje al dinero perdido. Es la primera remesa: no tardéis mucho en elegir, que se acaba la mercancía.

Los golosos podéis ir a partir del lunes a la Caja Rural: la semana que viene hay una Muestra de Dulces de Convento a beneficio de la Casa Paco Girón que está construyendo Valdocco.

Termino. Felicidades a mi administrador. Parece mentira que ya haya pasado un año desde el último post que hablaba de su cumpleaños. Si para Mariví el mejor regalo era la esperanza, para tí es el deseo de que se cumplan todos tus proyectos. Y tiempo para celebrarlo en compañía.

Hablaba de la inminencia de la Navidad, aún sin percibirla. Pero esta tarde, pasando por la calle Concepción, más allá de los escaparates llenos de maniquíes con vestidos de noche imposibles para el frío que está haciendo, escuché varios conjuntos de músicos callejeros. Con suerte os los encontraréis. Tienen complicidad entre ellos mientras tocan, sonríen si los miras, parecen felices. Unos con instrumentos de cuerda. Un poco más adelante, otros con flauta y de viento. Siempre vienen de lejos por estas fechas. La música es capaz de transformar las prisas en paseo, una calle peatonal en un espacio donde todo se detiene. El escaparate de Los Ángeles lucía como nunca: mantecados, peladillas, licores y todo tipo de delicatessen. La gente, abrigada y con las manos en los bolsillos, como para que el invierno no se cuele dentro de la ropa. Respiré lo que me dejaba la nariz atascada y cambié el rumbo hacia una administración de Lotería. No sé si creo en los milagros, pero sí en un tiempo para soñar.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Caprichos baratos


Como el Facebook me tiene loca, pensar en escribir últimamente se circunscribe mucho a Actualizaciones de estado. Para los no iniciados, se resume en responder a una pregunta muy simple '¿Qué estás haciendo ahora?', a fin de que el resto -de iniciados- sepan de tus circunstancias vitales por una sola frase. Por ejemplo: en los últimos días me he enterado de que dos colegas se cambian de trabajo, que otros dos -con Blackberry, claro- estaban en la cola del McAuto, que un amigo estaba tarareando la canción de Dragones y Mazmorras y que unos pingüinos se han ido a vivir a casa de otra del frío que hacía en su salón. Yo, como soy muy psicosomática, paso rápidamente de preguntarme porqué los fines de semana son tan cortos a comentar una siesta de pijama y orinal o a odiar profundamente la vuelta al trabajo, que suele ser consecuencia de las dos actualizaciones de estado anteriores. Y mi frase de cabecera todos los lunes.

Mi sobrino el mayor (suena bien esa forma de hablar de las abuelas) me pidió que volviera a mi tradición de los martes "y que dice papá que escribas una crónica y pongas una foto de nosotros". Sus deseos son órdenes. Los de mi sobrino, por supuesto; los de mi cuñao son problema de mi hermana.

El contenido de una crónica puede variar, pero debe transmitir el entorno que rodea al cronista. Como este año tengo muy poco espíritu navideño y demasiados chismes en mi piso, he tomado dos decisiones importantes: comprarme otra casa y poner un mercadillo para fomentar el consumo responsable entre todos vosotros. Los más antiguos del blog recordaréis mi tómbola benéfica. Los más fieles incluso participásteis en varias ediciones. Esta vez se trata de un paso más, con objetos tombolables de gran valor, de gran formato o de gran dificultad para desprenderse de ellos. Por una cantidad que oscila entre 1 y 10 euros podréis encontrar bolsos, ropa, bisutería, pelis, libros de ocasión, catálogos variopintos, cedés, un epilady, recuerdos de Fitur, muñequillos del Burguer King y todo tipo de regalos personalizados. Si consigo casa nueva, incorporaré a la venta algún cuadro, alfombras, varias piezas de vajilla, el vídeo de VHS y lo mismo negocio la tele acon Lola por un módico precio de amiga.

Como la Casa Colón estaba ocupada por el Mercadillo de Proyecto Hombre me he buscado dos alternativas. Poner un puesto en el El Buitrón unos días antes de la Nochebuena y negociar vía blog, como en ebay. Me podéis poner un comentario con vuestras peticiones: "Necesito un regalo de Reyes para mi sobrina de 13 años". Yo os contestaría: "Por 3 euros tienes unos calentadores o un colgante hippie perfectos para adolescentes estilosas". Yo os encuentro lo que buscáis, vosotros ahorráis y todos contentos.

Hoy sólo sólo os recomendaré un par de cosas, que con el frío que está haciendo donde mejor se está en es casita con ropa de franela, polar o pirineo, que también el abrigarse es cuestión de gustos. Mañana, en el cineclub ponen Los perros dormidos mienten, una americana de Goldthwait sobre los secretos más íntimos entre una pareja. Y en el antiguo Estadio Colombino, una exposición que se llama Orígenes. Cinco hitos en la evolución humana. Debe ser una de esas carpas divulgativas que organiza La Caixa, no sé cómo estará, pero la desciben como las etapas trascendentales que cambiaron el curso de la evolución. Os propongo que penséis cuáles creeís que son esos cinco hitos. Yo los sé -porque los he leído, aunque acerté tres, dichos con otras palabras- entre ellas el fuego (el dominio del), que es el que todo el mundo se sabe. Para conocer la respuestas, tendréis que llegar al final del post.

Concluyendo. Ahora que empieza diciembre y tenemos un invierno que parece de verdad, me acuerdo mucho de Viganella. Un grupo encabezado por su alcalde vino el otro día a recoger un premio, y mi amigo César me lió para ir a cenar con ellos, de lo que luego me alegré mucho porque me invitaron a conocer el pueblo. Para los que no conocéis la historia, os diré que es Viganella es una aldea de unos cincuenta habitantes en el corazón de los Alpes donde la inclinación de las montañas les impide ver la luz del sol en determinada épocas del año. Y como en Huelva nos sobra -la luz, que otras cosas no- a alguien se le ocurrió llevársela hasta allí. Diseñaron un espejo gigante que reflejaba los rayos solares y el experimento fue un éxito. Una historia de cuento que fue noticia en todo el mundo. La noche después de la cena, viendo la peli de James Bond, salió algo parecido: un satélite-láser llamado Ícaro, pero destructivo. Pensé que el futuro, a veces, está más cerca de lo que pensamos y que las historias fantásticas a veces saltan de la imaginación a la realidad. Luego también pensé otra cosa: en que me gustaría parecerme a Halle Berry.

Termino con una sugerencia. Los del gremio y los iniciados Facebook, entrad en el álbum de 'Plumillas, foteros y otros compañeros' de Raquel Rendón. Lo mismo reconocéis vuestro micro entre la selección de actos y ruedas de prensa, es muy divertido.

Felicidades a Mariví por cumplir un año y no poder celebarlo como se merece, como quien se enamora en los tiempos del cólera. Ya habrá tiempo. El mejor regalo que se me ocurre para tí es la esperanza.

Y a todos un capricho barato en tiempos de crisis: comerse una hamburguesa o un perrito en el puesto de la Plaza de las Monjas. Ése sí que debe ser un hito en la evolución de la especie humana. Los que faltaban son el bipedismo, la fabricación de las herramientas, la autoconciencia y el conocimiento abstacto. Si no habéis acertado alguno, podéis consolaros comprando algo inútil en mi mercadillo.

martes, 18 de noviembre de 2008

Atardece en Noviembre


Este mes de noviembre había decidido poner en orden mi vida, pero el sábado empezó el Festival y el tiempo se me echó encima. Este año, a la gala de inaguración no vino mi madre ni Carlos Saura. Los eché mucho de menos, así que para compensar mi soledad, en la Hacienda Montija empecé a proponer composiciones de fotos a diestro y siniestro hasta que aquello se nos fue de las manos. Cuántos significados tiene la palabra siniestro. En la foto más de grupo había periodistas, asesores, jefes de servicio, políticos, cónyuges, algún invitado iberoamericano, los amigos de cada uno de los colectivos anteriores, un chaval que nos miraba y le dijimos que se pusiera también y no estoy segura si dos ó tres camareros. Cuando ví el resultado en la cámara, había alguien a quien no conocía. Pregunté y me dijeron que pertenecía a la Junta directiva de la Hermandad de El Silencio. Hablar no habló, pero su presencia contribuyó a que la foto fuera mucho más representativa de la diversidad y de la tolerancia de nuestro Festival y de sus fiestas.

A fecha de hoy he visto cinco de las pelis a concurso. No me preguntéis ni me digáis que cuál os recomiendo. Váis y os metéis en la que os toque, que ahí está la gracia. O la desgracia. A mi amigo Paco le tocó el año pasado 'Luz Silenciosa', la que ganó el Colón de Oro. Qué suerte, diréis. Yo pensé lo mismo. Pero como el primer plano de la película era un sugestivo amanecer y duraba 7 minutos y medio, él creyó que la cinta estaba rallá y que nadie decía nada porque éramos muy respetuosos o muy contemplativos. Así que agarró las palomitas, se levantó y se metió en la sala de al lado. Cuando le pregunte que qué tal, me dijo que le había gustado mucho el final. No recuerdo si el de Elisabeth II ó de Sherk III, seguro que a Paco le gustan los dos.

Luz sileciosa terminaba con un atardecer, pero yo os hablaré de otro más cercano y de más fotos colectivas. El sábado por la tarde, a un fotógrafo de Jaén, artista él, se le ocurrió convocar a los onubenses en el Muelle del Tinto para participar en el proyecto La mirada andaluza, que consiste en recorrer las ocho capitales reuniendo a gente oriunda en lugares significativos de cada lugar. Yo, que soy muy participativa, me hice a la idea de que aquello sería como las fotos de los desnudos multitudinarios de Tunnick en las grandes ciudades del mundo y acudí ilusionada a la convocatoria. Es que además de participativa, soy muy fantástica. Al llegar al Muelle, me acordé que vivía en Huelva. Éramos una unas treinta y cuatro personas y abrigadas hasta las cejas. Eso no me desmoralizó, así que me sumé a los jubilados, a los padres con carritos, a unas chavalas un poco canis, a la señora con perro y al intelectual despistado. El fotógrafo nos motivó mucho y estuvimos posando un buen rato como si fuéramos una familia. De vuelta a a casa, el sol caía rojo sobre la Ría y olía a sal. La fotografía, pensé, es como el cine: sirven para hacer más grandes los momentos más humanos.

Estamos de enhorabuena en actividad cultural, sobre todo en exposiciones. Jorge Hernández presenta una selección de obras en blanco y negro en la Caja Rural y Fornieles Pintores con letra grande en Cajasol. Muy, muy recomendables los dos. Si vaís me daréis la razón. Adelanto también que el lunes David Robles inaugura en el Colegio de Arquitectos La madre que nos parió, que está reclutando a mucha gente en el Facebook.

Salvo esta triple excepción, esta semana no recomiendo nada más que no sea cualquiera de las 140 películas disponibles en cinco pases al día. Pensadlo: la oportunidad tan sólo la tenemos una semana en todo el año.

Visto lo visto, creo que Noviembre nos despierta nuestro lado más poético. Mi compañero Antonio se inspira en el trabajo y le da por escribir poemas y a Margarita por comprar libros y lápices para colorear y sobrellevar mejor que está dejando de fumar. Un amigo comenta mi último post diciendo que tengo "tan fácil escritura como lengua". Aunque puede sonar un poco raro, le pasa como a siniestro, que tiene muchos significados. Me encanta este mes lleno de imágenes, de un sonriente sol argentino y hermosos atardeceres.

Bienvenida a Adela, a quien Mariví condujo hasta aquí, y a todos los demás, que no os abogie demasiado poner en orden vuestra vida.

Nos vemos en la sala 9 del Aqualón.

martes, 4 de noviembre de 2008

Razones poderosas

Entre las razones que me hacen ceder al impulso de escribir podría citar el advenimiento de Obama, la recreación de La Guerra de los Mundos en la radio o la inminencia del Festival del Cine en nuestra ciudad. Creo que la más poderosa es que me lo ha pedido mi amiga Margarita, porque dice que le gusta leerme, y eso, además de un halago en toda regla, anima a cualquiera cualquier mañana de trabajo en los albores de la semana. Por lo demás, el resto -de la semana- promete. Mañana nos levantaremos con titulares que harán que todos nos sintamos un poco más americanos. Espero que de los buenos, aunque sólo sea porque Bush por fin se puede largar a hacer puñetas y una gira de conferencias con su amigo Ánsar para hacer el ridículo cuanto más lejos mejor.

Para saber cómo transcurre la noche electoral en Estados Unidos, además de los programas especiales de todas las televisiones, yo tengo una amiga en Washington DC. Me encantaría vivir en un sitio que terminara en DC o en DF. Huelva, Distrito de Columbia, le pega, ¿verdad?. O Valverde, Distrito Federal. Mª José: si lees ésto, me pones un sms cuando se confirme la victoria demócrata. Como no calculo muy bien la diferencia horaria, lo mismo me toca pedirme champán para el desayuno.


La retransmisión de La Guerra de Los Mundos de H.G. Wells que hizo Orson Wells y que aterrorizó al pueblo americano -antes de que sufrieran a Bush- ha cumplido 70 años. Para conmemorar el Día de la Radio, su Academia Española -que también la tiene- revivió el jueves en directo la versión de la CBS interpretada por algunas de las voces más conocidas de nuestras ondas, como la de Luis del Olmo o Primitivo Rojas. ¿A que habéis pensado en la cara de Luis del Olmo y casi nadie sabe cómo es la de Primitivo Rojas?. El programa me pilló a la hora de la ducha, así que puse Radio 3 y el tapón a la bañera. Intenté imaginar cómo se sintieron los que escuchaban aquella invasión extraterrestre como un hecho real. No era fácil. De vez en cuando se me venía a la cabeza la imagen de Tom Cruise en la peli y eso interfería en el mensaje. Pensé en el poder que tenía la radio y en la pérdida de la ingenuidad. Disfruté mucho la recreación y mi primer baño caliente de la temporada. Ahora, al escribir sobre ello, me doy cuenta de que los medios nos han inmunizado ante la ficción, pero también ante la realidad. Nos hacen creer más importante lo que vote Norteamérica o la fluidez de los bancos que el hambre y la guerra en el resto del mundo.


Epílogos. Si tengo que recomendar algo, es que os registréis en Facebook los que aún no lo habéis hecho. Es muy divertido encontrarte con la gente y que te etiqueten en las fotos. Yo llevo una semana y ya tengo un perfil, 41 amigos y 38 fotos repartidas en 7 álbumes temáticos. Los más participativos hicimos una quedada el viernes para recordar los mejores comentarios y el jueves nos vamos de excursión a Madrid. En realidad, yo tengo un par de motivos de peso para pegarme la escapada: la presentación del Festival en la Casa de América y mis sobrinos, que como son dos, elevan a tres las razones y el peso.

Hoy hay Cineclub. Prométeme, de Kusturica. Tiene buena pinta y 137 minutos de metraje.

En cuanto a la tele, os puedo hablar bien de Estados alterados, una serie con la que La Sexta ha adaptado las tiras cómicas de Maitena y que ponen todas las tardes a eso de las cinco. María Adánez viene siendo la protagonista, aunque cada episodio está formado por varios sketches basados en una viñeta diferente. Cuando acaba, ponen La Tira, que mantiene el formato de humor con la misma estructura. Y sin dejar la cadena, dos recomendaciones para el domingo: la final de Pekín Express y el Follonero, con su Salvados que siempre consigue que el final del fin de semana sea menos deprimente. Dicho esto, espero que La Sexta me pague lo pactado.


El frío me ha cogido en camiseta de mangas largas de rayas y con la casa desordenada, con los bikinis y las botas altas buscando un espacio propio en ese escaparate de estados de ánimo en que se ha convertido mi armario. La ropa es de temporada y su sitio nunca es definitivo. Por eso, cada cambio de estación, mi humor suele ser provisional. En el súper me encontré que ya había redecillas de mandarinas de tres kilos y aquello me alegró la tarde. También me gustan las naranjas, pero son más inestables, nunca sabes con qué grado de dulzor o de acidez te vas a encontrar. Luego está lo de la media naranja. Suerte a quien la encuentre, pero haciendo honor a su fama, la otra mitad es una caja de sorpresas y puede acabar volviendo ácida la más dulce de las apariencias. Alguien que lee sabe porqué lo digo. Pues eso, una bonita verdad que he leído por ahí: Un amigo es la mano que despeina tristezas.

Han reabierto el Prokope con cambio de decoración, mucho menos abigarrada. Lo he visto desde la acera, yendo y viniendo para casa. Para comentar el ambiente y el servicio, preciso visita y compañía.

Felicidades a posteriori a Edu y a todos, estéis donde estéis, que siempre tengáis algo bueno para celebrar.

domingo, 19 de octubre de 2008

Elogio de los sentidos


El Otoño avanza con paso cambiante, entre sol y aguaceros, y con pocas novedades más allá de la agitada política municipal o de la hora, que pronto será una menos y siempre me pregunto si también se nos atrasa un poco la vida. Cuesta reinventarse los años. De estudiantes era diferente: cada inicio de curso -en el colegio, en el Instituto, en la Facultad- era la excusa perfecta para irse a la papelería a comprar libretas, bolígrafos y forro para libros que desprendían un fabuloso olor a plástico y a nuevo. Ahora hay muy pocas cosas que desprendan ese olor. El futuro, entonces, no era lo importante, sino las tardes enteras que se hacían noches mientras hablábamos durante horas en cualquier esquina. Me encantaría poder escuchar las cosas de las que hablábamos. Todo estaba por venir.

Con el tiempo dejamos de ser despreocupados para estar siempre ocupados; el futuro nos pilló trabajando, o cansados, o con niños, con mucho que hacer como para dejarnos soprender por el anochecer. Abogo por recuperar tardes como aquellas. Por eso me gusta quedar un día de la semana en el Ibiza a eso de las nueve. No estoy dispuesta a perderme ninguna más de esas conversaciones intrascendentes y memorables.

Poco a poco la ciudad retoma la actividad cultural con propuestas variadas. Además del cineclub los martes y el teatro los fines de semana, regresan clásicos como el Salón de Otoño de Pintura, con obras interesantes que siempre merecen una visita a la Casa Colón y más este año, que lo ha ganado uno de mi pueblo. Ha empezado también el X Encuentro de las Artes y las Letras de Iberoamérica, con una exposición de fotografía y vídeo de José Roberto Levy que se llama Paisajes Humanos: luz y color de América Latina. La podéis ver en el Monasterio de La Rábida. El jueves, Maruja Torres dará una conferencia en el Colegio de Aparejadores, Ojos que no ven, corazón que no siente. Me gusta Maruja Torres, aunque no las conferencias: siempre tienen títulos estúpidos.

A la provincia también regresa otro clásico: la Feria del Jamón de Aracena. En este caso, no se necesita recomendación: es un ejemplo de título no estúpido.

Por lo demás, os recuerdo que aún sigue la exposición de Zitman en el Museo, que estoy segura que la mayoría no habéis ido a ver. Para las tardes nubladas, lo mejor es pillarse unos cuantos libros de temporada. En la librería Beta encontraréis de todo -hay una sección ideal si tenéis cumpleaños infantiles-, lo mismo que en la Biblioteca, que siempre tiene sorpresas agradables, para que la crisis no sirva de excusa.

Aunque ahora llueve con fuerza, hoy he dado un bonito y soleado paseo en catamarán hasta Punta Umbría con mi amiga Mariví y con los alumnos de la Unia. Nos hemos hecho fotos, hemos hablado del Festival de Cine y me he puesto de buen humor. En la plaza Pérez Pastor nos bajamos para estirar las piernas y, durante el trayecto de regreso a Huelva, comimos con apetito y bebimos cerveza en la proa. En la parte de atrás del barco, entre el reguero que deja el motor sobre las olas, tiramos trozos de pan y aparecieron decenas de gaviotas que se peleaban por cogerlas. Chillaban, olía a sal y si te asomabas mucho por la barandilla, casi te salpicaban. Cuando llegamos al Puerto empezaron a caer goterones: la ropa y pelo mojado resultaron perfectos para el calor. Pensé que a veces nos damos cuenta de lo fácil que es disfrutar con los sentidos.

Es todo por hoy. Mi cuñao me dice que ya no mando crónicas con la frecuencia de antes y Edu que en Madrid hay una actividad cultural desbordante. He pensado que, dado que siempre he dudado de la utilidad de mi blog y de mis recomendaciones, podéis quedar entre vosotros y así, todos contentos.

Si alguien ha sentido un ataque de histeria por tener sus ahorros en ING que se manifieste. Por saber si los que somos pobres -que no de espíritu- debemos mantener la fe en algo.

Como última recomendación, un sabor y un olor para Octubre: el de las castañas asadas.

viernes, 3 de octubre de 2008

Entretiempo


Llegó Octubre y nos vamos instalando en ese tiempo en el que ir al cine, la vuelta de Los Hombres de Paco o el último número de Esquire se convierten en pequeños acontecimientos, en ficciones de andar por casa, que son la únicas que se me ocurren para romper la rutina más allá de la crisis. Como véis, hoy comienzo recomendando: Vicky, Cristina, Barcelona, la resurrección de Lucas -aunque se case con otra- y la mejor revista del quiosco en relación calidad, contenido y precio, cabecera americana dirigida a hombres -Man at his best- de la que ya podrían aprender todas las Cosmopolitan y Ana Rosas. La reconoceréis por los impactantes primeros planos de su portada: desde Woody Allen hasta Benicio del Toro. Este mes, en el que la revista cumple un año de su edición española, hacen una especie de monográfico sobre los cómicos y veréis a Buenafuente levantando una ceja. Los 2,95 euros mejor invertidos del mes.

Luego está lo que no rompe la rutina, como los carteles de Se vende, Se alquila o Se traspasa, la Feria de la Tapa y las citas que adolecen de interés en las agendas culturales de los periódicos. Lo confieso: la temporada otoñal me despierta el lado apático. Para sentirme mejor, suelo pedirme una cita previa y me voy al médico de cabecera. Tengo un amplio espectro de síntomas: el martes fui con dolor de oídos y, si con las gotas no me mejora el ánimo, la semana que viene seguramente le pida un volante para un especialista, me vale el de huesos o el ginecólogo. La concesión a la hipocondría consigue que la realidad tenga algo de interés y las primeras lluvias sean mucho más melancólicas.

Mañana vuelve a abrir sus puertas el Gran Teatro con un concierto de Concha Buika, que canta bien, pero no me simpatiza no tanto. La programación: con demasiadas orquestas sinfónicas y viejas glorias de la escena nacional para mi gusto apático, pero con el regreso cineclub que espero que depare prometedoras tardes de martes.

Si os apetece teatro, os invito a mi pueblo, donde hoy empieza el Festival de Teatro de Humor, que traerá todos los viernes del mes excelentes propuestas, como el último montaje de Yllana, Paganini, premio al mejor espectáculo en el Festival Internacional de Teatro de Edimburgo de este año. Será la semana que viene.

Empieza también la temporada de exposiciones: en la Casa Colón, una de fotografía, Mujeres de agua, en colaboración con Intermon, sobre el el trabajo de mujeres y niñas para conseguir agua potable en países africanos. En Cajasol, una de pintura, a beneficio del Alzheimer, que tiene algunas obras chulas. Y una imprescindible: la de Cornelis Zitman en el Museo. Escultura y dibujos.Tuve intención varias veces de pararme en la Casa de Venezuela en Beas camino de Valverde cuando estuvo allí antes que en Huelva. Ahora, a dos pasos, no hay excusa. Sería una pena que pasara desapercibida más allá del día de inauguración. Si estuviera en Madrid, habría colas para verla, seguro. Un fotógrafo amigo me consiguió el catálogo, pero más afortunado se sentirá quien vea las obras de cerca.

Por lo demás, os propongo una temporada de excursiones sin salir de la provincia: la Flecha del Rompido, el Castillo de Niebla, la Corta Atalaya, Doñana, la Gruta de las Maravillas, Ayamonte, para ver el Retablo Mayor de las Angustias y Encinasola, cuando bailen la Danza del Pandero. Son desde hace un rato las 7 maravillas de Huelva. Yo quería votar por mis sobrinos, como maravillas adoptivas, pero no me los admitieron entre las candidaturas.

Os dejo. Además de depresiones, resfriados y recibos de la contribución, espero que Octubre os traiga lo mejor del otoño, toda la moda del Corte Inglés y un pellizco en el Sorteo Extraordinario de la Once. Pero también el festivo del Pilar, el entretiempo, las castañas, las naranjas, el caldo del cocido, luces hogareñas por la tarde, gente en la biblioteca, poemarios, el olor a tierra húmeda, la suavidad de las primeras mantas, el chándal, las zapatillas y ganas de estar en casa .

Suerte a Tino en su nueva vida en Madrid y a los todos los demás, que disfrutéis un cálido reencuentro con los calcetines.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Postales de verano


Cuando llega esta época, siempre me parece escuchar por algún rincón escondido al Dúo Dinámico cantando aquello de el final del verano llegó, amargando el último capítulo de cualquier verano azul imaginable. Hay momentos en la vida en los que uno debe ser masoquista y, para mí éste es uno de los grandes clásicos. Para entrar en situación, tarareo la cancioncilla y hago inventario depresivo: los días son cada vez más cortos y fríos, he engordado cuatro kilos, el pelo se me cae a mechones en la ducha, el moreno va dejando al descubierto las manchas del sol y ya no ponen gazpacho, tinto con blanca ni coquinas en los bares. Y un pequeño detalle para añadir a la lista: sin vacaciones se acabó mi estado feliz e ideal para dar paso a mi estado natural, que es bastante más desgraciado.

Me pasa que cuando estoy de vacaciones intento convencerme de que se puede vivir así todo el año. El lunes volví a trabajar después de creérmelo durante algunas semanas y probé a tomármelo a la inversa. Nueva etapa, nuevos proyectos, nuevos bríos. Y una mierda. Después de las dos primeras horas borrando 253 spams, miré exhaustivamente el calendario buscando algún puente en todos los meses de aquí a diciembre. Al ver que no había ninguno, supe que tomárselo a la inversa se acababa de agotar en el intento. Así que me fui a desayunar y a echar una bonoloto, que es lo que hago en mi estado natural y desgraciado.

Para consolarme, traigo a mi memoria los recuerdos que me evocan un buen verano: el olor a Delial y al salitre de la toalla, mis sobrinos, mi cumpleaños, las ceremonias olímpicas, las orquestas de las bodas, festivales de verano, escapadas al algarve, atún, sardinas y caballas, helados de leche meregada, mojitos, los planetas y deluxe, la feria de Valverde y virgen del Reposo... He conocido una nueva isla, paraíso de bolsillo, le llamaron los franceses. Es tan pequeña como Huelva, pero tiene una barrera de coral y olas que hablan, se hablan 33 lenguas diferentes y se practican 80 y tantas formas religiosas distintas. Viajar me ha recordado que nos queda mucho por vivir y que cualquier lugar en el mundo nos está esperando para que nos demos cuenta. Mi hermano Javier lo explicaba muy buen en un correo que mandó desde el Himalaya.

Pues eso. No me puedo quejar. Cada mes estival me ha descubierto una nueva experiencia: en julio ganamos la Eurocopa, en agosto fui a un balneario y en septiembre he conducido un coche de alquiler por la izquierda. Para despedir las vacaciones y retomar la rutina paulatinamente, el sábado me fui a Sevilla a una despedida de soltera. Eso no es novedad, me diréis, más bien todo lo contrario. Cierto, no lo fue en el contenido, pero sí en la forma: una reunión de tappersex.

Nos juntamos quince tías y una novia en un piso, apareció una chica de La maleta roja con acento de Utrera y empezó a desplegar todo tipo de artilugios olorosos, sedosos y comestibles que conformaban el interior. De la maleta. Me encanta la palabra artilugio. Un par de horas más tarde, las quince tías habíamos perdido la compostura, la novia la vergüenza y la chica de La Maleta roja con acento de Utrera había hecho la facturación del mes. Luego pensé que el nombre de la reunión rendía homenaje a los tappers de toda la vida: se van llenando de los restos que vayas pillando de aquí y de allá y vienen estupendamente para épocas de vacas flacas.

Por lo demás, no me preguntéis nada sobre eventos culturales. Estoy totalmente perdida, y por lo visto los programadores del Gran Teatro también.

Lo único que puedo recomendar es una cerveza mañana, a la hora en la que empieza a caer el sol, en el Prokope, por ejemplo. Nos dará alegría vernos y podremos charlar de esas trascendentales conversaciones que se tienen en septiembre, como inicio del cole, matrículas de gimnasios y los primeros fascículos de colecciones que cuelgan en los kioscos por 2,95.

Presiento un feliz reencuentro.

Se me olvidaba otro de los momentos estelares del verano: colgaron un vídeo mío en youtube que ya suma 85 visitas. Por supuesto, pienso devolvérsela al responsable y no pienso deciros el enlace para encontrarlo.

martes, 22 de julio de 2008

Días felices


Sin querer parecer interesada, os diré que celebrar mi cumpleaños me ha dejado muchas cosas buenas, sobre todo regalos personalizados. Me he dado cuenta de que mis amigos conocen bien mis gustos, por eso me han regalado maravillosas antologías de Mafalda, Maitena, Forges y El Roto. Para las fotos, un álbum y un marco multicolor, y para el verano, tres collares, un bolso para la playa y otros dos para la ciudad. Mi madre y mi hermano me han regalado un par de chanclas -uno cada uno- de diferentes estilos, para que siga recorriendo incansablemente los caminos de la vida.


Nadie recogió la sugerencia de la bola del mundo, pero mi sobrino me hizo un regalo dibujado y hemos viajado con la imaginación durante todo el fin de semana. Ha habido ideas muy originales, como un cartel de Fellini o un vale para un tratamiento en un spa. Alguien me regaló algo que no se puede comprar con dinero: la ilusión de recibir por primera vez un ramo de flores y comprobar que Interflora existe. El premio se lo llevó un sobre a mi nombre: lo abrí y era una invitación de boda para el 8 de agosto. Si voy, tendré que hacer un regalo, con lo cual se cierra el círculo mágico hasta el año que viene.


Migue y Paco me regalaron la cerveza. En el Super8 hubo ganchitos y filipinos y mi administrador administró chapas ochenteras que ponían Yo soy del cumple de Bgo a los invitados y a todos los que iban apareciendo. El sábado compré una tarta en el Mercadona y el domingo soplé las velas con mi sobrino. Creo que en el fondo quería alargar un poco más mi cumpleaños y tantos días de felicidad.


Esta semana me siento un poco huérfana de eventos. Así que como soy de las que no ha ido al Summercase ni a Benicassim ni a ver a Springsteen, yo también me he buscado un festival de verano, por aquí cerca, en Ayamonte. El FEPO'08. Me voy con mis amigas las de las despedidas de soltera y aunque este año no se casa ninguna, estoy planteándome si llevar a Agustín y a Wilson -los muñecos hinchables, para los que tenéis poca antigüedad en el blog- para usarlos de colchoneta en la playa de Punta del Moral.

El Festival tiene dos cosas buenas: un programa variado -con grupos españoles, portugueses y argentinos- y que es gratis. Los más conocidos son Muchachito Bombo Infierno y TriSexual Band, que me dijo Edu que actuaron en las cruces de Berrocal y que eran muy divertidos. Lo tenéis todo en
www.festivaldelponiente.com.


Mañana, dentro de las actividades culturales de los cursos de verano de la Unia, que tanto trabajo dan a la pobre Mariví, la compañía de títeres El espejo negro lleva a Moguer La vida de un piojo llamado Matías. En el Convento de San Francisco a las 22.30. Anuncio intención de ir, por si alguien se apunta.

El viernes, en el Foro actúa Arcángel y el sábado en Niebla, Áyax, de Sófocles, dirigida por Theodoros Terzopoulos, que cualquiera dice que no es griego, y que se estrenó en Beijing con motivo de los Juegos Olímpicos.

Además de círculos mágicos, algunos son cíclicos: la semana que viene empiezan las Colombinas, con Chambao y Bustamante como grandes estrellas, y los espectáculos Huelva y su folclore y Se llama copla como todo lo contrario.

Y así, sin darnos cuenta, nos encajaremos en Agosto, con vacaciones para muchos y ningunas ganas de trabajar para el resto. Propongo recoger sugerencias para llenar de alternativas el mes más pegajosamente español del calendario.

Que disfrutéis leyendo las revistas de verano que llenan los periódicos entre chapuzón y chapuzón.

martes, 8 de julio de 2008

Se busca isla


Julio ha entrado en mi vida de forma impetuosa, un poco anárquico, entre los ecos eufóricos de ser por fin campeones de algo; sin bodas ni bautizos ni comuniones pero sí con muchos festivales de fin de semana y muchos cumpleaños, entre ellos el mío, lo que me recuerda que escribo un año más, luego existo.

Después de un mes de junio de pérdidas y hallazgos, Julio, además de cambiarme la edad, suele traerme siempre algún tipo de mutación. El año pasado, una nueva legislatura y una reflex-digital que cambió mi vida; este año, reformas decorativas en el salón de plenos y un nuevo sobrino a quien enseñarle el mar. Para adaptarme bien a la estación, echo mano de mi colección de rituales: planchar y colgar la ropa de verano en el armario, comprarme revistas que regalen bikinis o chanclas, dormir la siesta en la playa ó hacerme polos de refresco en un molde de plástico que me compré el año pasado para revivir las tardes de verano de mi infancia.

Pero lo que más me gusta, por encima de cualquier distracción, es buscar islas. Es increíble todas las que hay repartidas entre los océanos. El año pasado, en Fitur, asalté el stand de una revista especializada y me vine cargada con varios especiales de lugares como Tonga, Boipeba, Langkawi, Príncipe ó Bastimentos. En Huelva, como somos menos de especiales, me pillo todos los catálogos de Islas Exóticas de las agencias de viajes. Mis preferidas son las del Índico y las del Pacífico, aunque reconozco que nunca he sido buena en geografía y a veces me pierdo entre tanto continente. Ya sabéis un buen regalo para mi cumpleaños: una bola del mundo. Las que tienen una bombilla dentro que iluminan las montañas y los ríos me gustan más. No tengo la culpa de que a mi imaginación le dé también por viajar de noche.

Agenda. El viernes compartirán escenario en el Foro dos grandes artistas, Mariza y Argentina, en una oportunidad de disfrutar del fado y el flamenco en un mismo espectáculo. En Niebla, tras el drama de Ariadna, la Compañía Nacional de Teatro Clásico trae una comedia, Las Manos Blancas no ofenden, de Calderón de la Barca. Se estrenó la semana pasada con muy buena crítica.

Una exposición, por si estáis de vacaciones: Obra gráfica de artistas de la Patagonia, en el Museo. Y la propuesta más freak para el fin de semana es un casting que hacen el sábado en el Hotel El Fuerte de El Rompido. La productora busca personas con dotes para la interpretación y con sentido del humor para una nueva serie de emisión nacional. Como sé que entre vosotros hay algunos peliculeros y muchos friquis, dicho queda.

Dos recomendaciones más: Como la cosa va de viajes, la revista Siete Leguas, con contenido muy cuidado y bellas ilustraciones en la portada, que además suele regalar una guía, en el próximo número la de África. Y esta noche, en la tele, el último capítulo de Los Hombres de Paco. Sé que ninguna historia de amor es eterna, pero nunca perdonaré a los guionistas si dan a Lucas una muerte violenta.

Termino. Mi blog es premonitorio: hablo de la Eurocopa antes de cuartos, y la ganamos; hablo de vuestros cambios de trabajo y veo que se multiplican; hablé de Al Gore y le dieron el Príncipe de Asturias; de Millás, y le dieron el Planeta. Como nunca he ambicionado riquezas, no diré que me haré rica, aunque por si acaso sigo echando la Primitiva. Os diré que lo que realmente necesito es un santero: que alguien me diga si conoce a uno. Es una larga historia. Hace varios años, en Cuba, un santero me echó los caracoles y me dijo que un orisha me advertía que no podía abrir los ojos debajo de agua o nunca lo contaría. Como me acojoné, desde entonces el fondo del mar es oscuro para mí. Busco otro orisha más buena gente que rompa el conjuro y me permita bucear libremente hasta las orillas de islas soñadas.

Gracias a Nadal por emocionarnos a todos en una larga tarde de domingo.
Felices vacaciones a los que las tenéis, y que las rebajas y los sanfermines os consuelen al resto.

jueves, 5 de junio de 2008

Pienso y declaro


En Chile hay una bebida que llaman piscosour, una mezcla de aguardiente de hierbas con limón y azúcar --amarga y dulce, suave y fuerte al mismo tiempo-- que a mí me producía un efecto especialmente feliz. Desde que volví me apetece más que la cerveza. En Santiago nos recibió un Ministro en el Palacio de la Moneda, pero yo me quedo con las comunas del interior, con las carreteras traqueteantes a través de profundos valles de viñedos que conducen a municipalidades donde a las bibliotecas le ponen el nombre de Violeta Parra y a los colegios, el de Víctor Jara, y que terminan junto al mar, en hostales detenidos a orillas del Pacífico donde el invierno se afronta con estufas catalíticas y con un tipo de calidez que nunca antes había sentido.

En los días despejados, los picos nevados de Andes lo rodean todo, como un abrazo circular. Ante lo majestuoso, uno se siente a la vez grande y pequeño; estoy segura de que eso condiciona el carácter. Como invitados, creemos que nos acostumbramos fácilmente al espectáculo y sólo luego, por la ventanilla del avión, reparas en que tu tiempo perteneció a ese otro espacio, mitad real, mitad soñado. Una noche, en Graneros, el alcalde tocaba el bajo en una banda: me adoptaron como cantante y supe que había encontrado mi sitio. Luego, en Valparaíso, mientras un atardecer coloreado desdibujaba distancias, la luz intensa como fuego conjugó en presente continuo el sentimiento de pertenencia.

Los regresos a Huelva siempre son parecidos, con noticias del tipo la inaguración de una cafetería en la Plaza de las Monjas o el maridaje de la gamba y el jamón en Punta Umbría. El tiempo también regresa cada cierto tiempo. Es algo que se percibe en los acontecimientos cíclicos, como cuando vuelve a entregarse el premio Juan Ramón Jiménez de poesía y te das cuentas de que ha pasado un año y que seguro que escribías cosas parecidas en un post como éste.

También me acordé de Photoespaña, en Madrid. Así que esta semana os recomiendo tres exposiciones de fotos: las Imágenes de un año, que recogen 68 fotografías de Efe sobre la actualidad de nuestra Huelva en la Casa Colón; una de Desnudos en la Escuela de Arte León Ortega, que tiene buena pinta, y Retratos de primera mano, de Moisés Fernández Acosta Moi, en Gibraléon, que presenta una interesante visión de personalidades con las manos como protagonistas.

También en Gibraléon, concierto de Manolo García el sábado y en el Gran Teatro, para toda la familia, Alicia en el País de las Maravillas. Lástima que no esté aquí mi sobrino.

No me pidáis mucho más. Tengo jet-lag y ganas de ver a la gente, así que admito invitaciones a cerveza.

Muchos andáis con cambios de ciudad, de trabajo o con nuevos proyectos. Seguro que es momento perfecto y el motor que hace mover el mundo. Suerte en las nuevas andaduras.

Que el tiempo os regale ganas de ir a la playa.

PD. Si no os suena lo de "Pienso y declaro", reescuchad Gracias a la vida. Es mi última recomendación.

martes, 13 de mayo de 2008

La conciencia del tiempo


Después de más de diez años de terminar la Facultad, a alguien de mi clase se le ocurrió la feliz idea de convocar en Sevilla un reencuentro de la promoción para volver a vernos las caras y recordar batallitas de aquella época dorada. Como me encantan que las ideas sean felices, decidí que no podía desaprovechar tal ocasión, así que desempolvé la orla para repasar los nombres, confirmé que por entonces la rebeldía me confería un aspecto de heavy y me revestí de espíritu juvenil para ir en busca del tiempo perdido.

Aunque tengo bastante poca vergüenza, me asaltaron mil dudas antes de entrar al restaurante. No había visto a los que estaban dentro hacía una década. Puestos a echarle imaginación, podía inventarme una vida entera, pero ya era un poco precipitado y me daba pena traicionar a todos mis años de existencia verdadera. Al final, nos reconocimos enseguida y, lo que es mejor, reconocimos que todos habíamos ganado con la edad.

En el grupo había de todo, incluso a quien le había dado tiempo de ir por el cuarto hijo. La profesión nos había llevado a cada uno por un camino: una había estado tres años de corresponsal de la Ser en Jerusalén, otro dejó el periodismo y se hizo actor, y una chica que yo siempre había pensado que era conservadora, me dijo que era sindicalista y me habló entusiasmada del retorno de Julio Anguita y el proyecto de refundación de la izquierda.

Entre pocos canapés y muchas cervezas hablamos de profesores antológicos, del viaje de fin de carrera a Praga, de la generación perdida, de años de idealismo y realidades precarias, de vocación sincera y repudio del sistema, de lo importante de estar hablando de todo eso y, sobre todo, de no haber perdido el buen humor.

Yo acabé en la barra entre el intelectual y el guaperas de la clase, recordando la importancia que la asignatura de estética tuvo en nuestras vidas. Brindamos por todas las películas infumables de Cocteau que tuvimos que analizar y por las fiestas de la primavera. En uno de los momentos de máxima euforia decidí presentarme a la reelección como delegada de curso. Por supuesto, fui designada de forma vitalicia por la asamblea. Creo que como a esas alturas de la noche todos estábamos alegremente embriagados, lo que les convenció fue el lema de campaña: El futuro era esto.

Mientras tanto, el presente aterriza en un martes de cineclub con la última Palma de Oro de Cannes, Cuatro meses, tres semanas y dos días, una díficil historia sobre la práctica de un aborto en la Rumanía comunista de Ceaucescu. Tras el desierto cultural como consecuencia del Rocío, es buena ocasión para echar luego una cerveza. El sábado hay teatro, Mentiras, incienso y mirra, dirigida por Juan Luis Iborra y, por lo que he leído, va en esa línea de las contradiciones de los que hemos superado la treintena.

También el sábado, el primer festival Marabunta Fest, en Puerto Sur, con actuaciones musicales gratuitas desde las siete de la tarde hasta la madrugada. Lo organiza la gente de El Mosquito de Punta Umbría y además del grupo que le da nombre al festival, participarán Son de Nadie, La Selva Sur, Trashtucada, Cinamoon y DJ Benas. Por si alguno conocéis a alguno.

La última recomendación de hoy y cita no habitual: el II Salón Internacional del Cómic, de jueves al domingo en la Casa Colón. Yo tengo una camiseta y el cartel de la primera edición pegado en mi oficina. Este año la autora invitada es Purita Campos. Aunque a muchos no os suene, es la creadora de Esther y su mundo, aquellos tebeos romanticones que a algunas tanto nos hiceron soñar con el primer amor. Pienso llevar uno de los míos para que me los firme. De mis tebeos, no de mis amores.

Como el post me ha salido nostálgico, adjunto foto-metáfora del paso del tiempo, que a veces también se percibe en un trayecto, mirando por la ventana de un coche en movimiento. Es como si, de pronto, los años no nos hubieran hecho mayores, como si encontrarnos -con el pasado, con nosotros mismos- nos rejuveneciera. Probadlo. Sentir que todo se detiene, que nos sentimos bien. Así, el tiempo vuelve a ser algo nuestro, con la conciencia de que podemos dirigir nuestros pasos en la dirección que queramos.

Os dejo con la intención de saldar las cervezas pendientes y la de una feliz permanencia en Primera División.

miércoles, 30 de abril de 2008

Diario de ruta


Hoy no es martes y Huelva no es París. Me suele pasar cuando busco mi vida de siempre después de un viaje: al tiempo le cuesta volver a ser disciplinado y el espacio deja de tener personalidad, como si flotara por las nubes entre el despegue y el aterrizaje.

Creo que cuando regresamos de un viaje ya no somos los mismos que cuando nos fuimos. Durante unos días, una semana o unas vacaciones vivimos al margen de lo nuestro y, si todo va bien, se nos olvida que existe un retorno. Es mi forma preferida de libertad. Otro síntoma feliz es que la última ciudad que recorro pasa a convertirse en el lugar ideal para vivir. A los que somos tan adaptativos, deberían darnos una subvención para recorrer el mundo.


París es como cerrar los ojos y despertarse habiendo recorrido ese imaginario que todos tenemos de lo que no conocemos. Es el desengaño de saber que te marchas y la seguridad de que volverás. Para hacer más llevadera la espera, me he traido varios souvenirs: un bolso de la Gioconda, un cartel con un fotograma de Truffaut, un llavero de El Principito, una figurita de Obélix, un plano del metro, tres tarjetas llenas de fotos y agujetas en los gemelos de subir los setecientos escalones de la Torre Eiffel y los cuatrocientos de Notre Dame. También el letrero de 'Por favor, no molesten/Por favor, arreglen la habitación' del hotel. Es una prueba de otras vidas posibles y un tesoro para mi colección. De colecciones.

Por aquí los puentes no son los del Sena, sino del Primero de Mayo, que da paso a un bicentenario y a un mes festivo y hermoso, con flores a porfía, arenas hacia El Rocío y cruces en el Buitrón, en Berrocal y en el Barrio Obrero, por citar mis tres favoritas.

En estos días hasta la actividad cultural se torna más perezosa. El Cineclub cede su escenario a los coros rocieros. Por lo demás, os anuncio concierto para esta noche en Cantero Rock de Eef Barzelay. Y en la Casa Colón la exposición de 'Reciclarte', con 32 obras seleccionadas del primer certamen internacional de esculturas hechas con material reciclado.

Un par de recomendaciones más: echar un vistazo a la cartelera y pasarse por la Biblioteca. Podéis sacaros el cómic Píldoras azules, de Frederik Peeters, que voy a devolver en cuanto acabe, y la peli París, Je t' aime, con 18 historias que se desarrollan en uno de los diferentes distritos de la ciudad contadas a través de los ojos de aclamados directores.

Mi puente comenzará jugando con mis sobrinos en la playa y me llevará hasta la Sierra, donde celebraré el levantamiento contra la invasión francesa entre los vecinos de Cumbres de San Bartolomé. Si os da el arrebato histórico os podéis acercar por allí desde mañana hasta el sábado. Hay un programa muy variado para conmemorar que conservan el único original del bando de Móstoles llamando a los españoles a luchar en la Guerra de la Independencia.

El lunes nos traerá la resaca de romerías y comuniones y una nueva semana para ver partir las carretas y dejarse llevar por las tardes de sol. El ambiente ideal para quedar y tomarnos un ponche navajazo.

Adjunto foto de ruta. Felicidades a mi sobrino por tres años llenos de alegría, y atrasadas a Nacho por cumplir algunos más.

Que el día del trabajo os sirva para disfrutar plenamente sin él.

martes, 15 de abril de 2008

Inventando recuerdos


La vida se desarrolla entre recuerdos. Por eso los niños tienen la suerte de poder inventar el mundo y cuando crecemos, lo nuevo ejerce una extraordinaria atracción sobre nosotros. En estos días de dejarse llevar, yo me siento más viva creando nuevos recuerdos, como recibir un sms inesperado, ver pasar revista a una Ministra de Defensa con bombo o leer un informe científico que descubre que la promiscuidad la llevamos escrita en el rostro. Uso el plural, pero que nadie se ofenda: si alguien tiene dudas que se mire en el espejo. Es lo que tiene la ciencia, que eleva a verdades indiscutibles las intuiciones propias y ajenas.

Los recuerdos, como la energía, no se crean ni se destruyen, más bien adoptan forman caprichosas y si son promiscuos, se juntan para crear historias. Por ejemplo: la letra ñ es parte de mi identidad por España y por Begoña. Siempre he pensado que pese a ser una letra tan mía y tan nuestra, usamos muy pocas palabras que la contienen. Cuando era pequeña -la niñez también contiene la ñ-, mi nombre sólo rimaba con ñoña o como mucho daba para el 'Begoña, no des la coña'. Siempre añoraba más lirismo en ese tipo de dedicatorias. Por eso, gracias a esas buenas ideas que tiene el Colegio de Arquitectos, me han encantado que los carteles de La Ñ que nos une cuelguen de los edificios más nobles de la ciudad con el sello de 15 artistas iberomericanos. Desde que salgo de casa, la ñ rediseña la Catedral y mi camino al trabajo: la Unión y el Fénix, el Ayuntamiento, la Diputación, la Casa Colón y el Gran Teatro, donde iré en un par de horas.

Allí, el cineclub nos trae hoy otra prometedora película: Dos días en París. Una comedia francesa que pasó por Berlín y que reproduce la historia de una pareja que viaja desde Nueva York. Tomaré nota para algún viaje inminente.

Los que os quedéis en casa, podéis ver como se porta Luis Aragonés ante las preguntas que tienen para él 60 ciudadanos, aficionados supongo, de nuestra Selección, que no entienden de colores de clubes ni porqué el sabio de Hortaleza nunca convoca a Raúl. Esta vez tampoco he conseguido averiguar dónde pone Demoscopia la lista para apuntarse de preguntadora.

Mañana compraré El Jueves para ver cómo retratan al nuevo ejecutivo de Zapatero. Aunque en la web anuncian la portada con Espe vestida a lo Kill Bill, las Historias de la Puta Mili deberían meter a Carme Chacó como personaje invitado. Si Ivá levantara la cabeza...

El viernes y el sábado hay teatro. Buenas noches, madre, basada en una obra que obtuvo el premio Pulitzer en los ochenta. "Carmen de la Maza y Remedios Cervantes encarnan a una madre y su hija en plena crisis e incapaces de afrontar una situación para ellas insostenible". Le vuelvo a dar la razón a Mariví en eso de que nada más que vamos al Gran Teatro a sufrir.

Termino con una exposición: Sus labores, de Pilar Rojo, que ganó la Beca Vázquez Díaz y estará en el Museo hasta el día 27. Y dos recomendaciones más para el fin de semana: la Feria de la Chirla, el sábado en Punta Umbría, para alimentar el cuerpo, y la del Libro, en Huelva, con nueva ubicación en la Avenida de Andalucía, para sentir que en abril se detiene aún más el tiempo.

Si alguien está buscando trabajo os envío un enlace útil. Fernando Alonso busca aficionado profesional. Los requisitos, ser fan suyo y de la fórmula 1. A cambio, te pagan 3.000 euros al mes y te obligan a viajar con el equipo alrededor del mundo.
http://www.aficionadoprofesional.com/

Adjunto foto-homenaje a mis sobrinos tomada en Portugal y saludo a mi amiga Ana, nueva en mi mundo de bgoblog. El sábado me lo pasé tan bien como cuando podía inventar el mundo.

Nuestros recuerdos, decía antes, escriben historias. Los periódicos reseñan hoy la muerte de Chema, el panadero de Barrio Sésamo. Repasar su vida resulta entrañable: casado con la actriz Chelo Vivares y luego al frente de una sala de teatro en Lavapiés. Los que entonces fuimos niños, hoy no entenderíamos porqué está triste Espinete. El domingo en la tele, viendo Aída, otro Chema, el panadero, nos ayudará a olvidar el paso del tiempo y que ya nos hicimos adultos.

martes, 1 de abril de 2008

Trascendencias de primavera


Marzo da paso a Abril con una nueva legislatura, una hora menos de sueño y una más de sol, tras una semana más desapacible que santa y un suceder de días en los que si se habla tanto del tiempo es porque a lo mejor no se nos ocurren cosas mejores con qué llenarlos. A mí siempre me han parecido dos meses en uno, marzo y abril, unidos sin puente, los hermanos bastardos de Mayo, el embrión de la primavera, demasiado instalados aún en la tristeza cotidiana de los jerseis que sobran cuando hace calor y demasiado perezosos aún para pensar en piel desnuda, aventuras y otros caprichos de las hormonas.

Como me gusta que los meses tengan contenido, me he buscado un par de trascendencias. La primera será este sábado y constituye una experiencia nueva en mi vida. He sido designada madrina del bautizo de mi sobrino Álvaro. Como el tío es superlisto se ríe cada vez que le digo que ensayemos echándole agua por la cabeza. He estado buscado en Internet cuáles son mis obligaciones y he encontrado una profusa documentación sobre el tema. Cumplo la mayoría de los requisitos como "estar confirmado y haber recibido el santísimo sacramento de la Eucaristía". Pero en otros, como "llevar una vida congruente con la fe y no estar afectado por una pena canónica" tengo serias dudas. Mi congruencia es un poco subjetiva, pero eso daría para otro post. Por lo demás, siempre procuro estar afectada por las menos penas posibles.

En mi familia, gracias a mi tío Cirilo, las bodas, bautizos y comuniones tienen bastante libre albedrío, con eso de tener un cura que anda por casa. Esta vez, por lo menos, no me reñirá en medio de la ceremonia -"Begoña, deja ya de grabar": no puedo ser madrina, cámara y fotógrafo al mismo tiempo.

La segunda trascendencia es la ITV de mi coche. A los que no lo conozcáis, os lo presento: un Peugeot 205 Mito rojo con más de 200.000 kilómetros con el que he compartido momentos inolvidables. Lo elegí por dos motivos: por aquello de que es carne de perro y por lo de 'Contigo al fin del mundo'. Mi madre lo llama cascajo: no entiende que con él me siento tan protagonista del anuncio de ¿Te gusta conducir? como el dueño rico de aquella mano.
La ITV es un ritual del paso del tiempo que mi coche siempre ha superado victorioso. De momento, en la ficha técnica me han puesto 'Desfavorable': sólo tengo que cambiarle dos ruedas y ponerle tres o cuatro bombillas a las luces de freno, minucias. Lo haré encantada. Estoy deseando que me peguen la pegatina de 2009: la vida me parecerá un poco más futurista y mi coche tendrá un año más por delante.

El trimestre también se presenta prometedor en el Gran Teatro. Estoy con mi amiga Mariví en que por una vez hay que reconocérselo al Ayuntamiento. Mi vida cultural y mis martes desde que llegué a Huelva no serían lo mismo sin tantos años de cineclub. Hoy ponen Después de la boda, una danesa nominada al Oscar a la mejor extranjera que tenía muchas ganas de ver. Pero además el trimestre traerá a Luppi con el Hermitage y a Els Joglars, que ni siquiera han pasado por Madrid. Propongo cerveza posterior en el Prokope para inaugurar la temporada.

Dos expos: Las puertas de la percepción de José Guevara, en el Colegio de Arquitectos y Los Juegos Olímpicos y la China de hoy, en Cantero Cuadrado, con 60 fotos que muestran la transformación del país con la excusa de unos juegos que no podrán distraer la atención de lo que está pasando en el Tibet.

Mañana, también en Cantero Cuadrado, concierto de The Sunday Drivers, y el jueves, concurso de fotografía Un día en la Universidad.

Es todo por hoy. Dudaba si adjuntar foto de mi coche: he buscado en las carpetas y efectivamente tengo varias, como de todas las cosas que me importan. Pero mi deber de madrina y mi devoción de tita me dicen que Álvaro es perfecto para embellecer mi blog .

Termino con otra buena noticia. Wari, Rayuela y Viciosa han parido a sus crías de linces en libertad. Ayer, en casa, miré a mi peluche de lince que me regalaron los de Almonte en Fitur y me pareció que le brillaban los ojos. Pensé en que mis sobrinos sabrán lo que es un lince, en el ciclo de la vida, en la esperanza, en la ternura. Fue sólo un instante, pero sentí intensamente que había vuelto la privamera.

Feliz Día de la Diversión en el Trabajo. Pienso celebrarlo en cuanto salga de la oficina.

martes, 11 de marzo de 2008

Tradiciones de Cuaresma


Tras un histórico fin de semana en el que España decidía su futuro, el chiki-chiki se irá a Belgrado y Zapatero no se mudará de La Moncloa. Lo mismo por eso estaba tan llorosa la mujer de Rajoy en el balcón de Génova, la pobre, igual había pensado algún proyecto personal de decoración; pero desde luego entre ella y el discurso de Llamazares ya son ganas de entristecer a una audiencia sensible como yo. Me entraron ganas de ofrecerles una Second Life en mi blog.

Tampoco ganó La Casa Azul, pero no me arrepentí de tragarme la gala de candidatos. No me decepcionó: se hizo interminable hasta las puntuaciones y caótica en la designación de los finalistas, como la eleccíón de Miss España. Es el tipo de subproducto que me encanta ver para comprobar que por Televisión Española no pasan los años. La evidencia, en este caso, tenía nombre: Raffaela y Uribarri.

Cuando era pequeña, Eurovisión era para mí lo más parecido a la globalización. Era mucho más universal que la OTI, donde siempre cantaban baladas con estética de telenovela. Me encantaba la musiquilla de la conexión y saber cómo serían los presentadores, casi siempre rubios. Los points en varios idiomas eran una especie de esperanto que todos entendíamos y las votaciones entre países una lección magistral de relaciones internacionales. Todo era más inocente, no había myspace ni esemeses y sí una tarde-noche de sábado de chuches en casa de mi abuela o de mi vecina para controlar minuciosamente el orden de actuación de España precedido de unas imágenes de la ciudad anfitriona, los ensayos, y una solemne voz en off diciendo Canción: (pensad en alguna inolvidable, como Lady, lady), Intérprete: (pensad en muchos olvidables) y lo que más me gustaba: Dirige la orquesta: (y ahí enfocaban al tío de la batuta). A partir de ahí vigilábamos cada modulación y cada paso de la coreografía como en un ejercicio de acrobacia, premiable en la medida de lo impecable.

Con la evolución del concurso la realización tiene más de videoclip que de retransmisión. No queda otro remedio ante el empeño de toda la Unión de competir presentando la puesta en escena más friki de Europa. El Chikilicuatre lo hará muy bien, por mucho que a Uribarri le gustara más la diva vestida de roja que chillaba a lo Mónica Naranjo y a Boris la de Piensa Gay. En el fondo, todo ello nos está hablando de otras formas de patriotismo.

En nuestra ciudad, lo que evoluciona son los preámbulos de la Semana Santa. La banda de tambores y cornetas de la Hermandad de mi barrio ensaya tanto que soy capaz de silbar todas las cadencias de las amarguras que estrenan este año. Camino del trabajo, juego a la rayuela entre los hierros de los palcos antes de que le pongan las maderas y pronto olerá a incienso hasta la primavera del corte inglés. En el terreno cultural eso significa que el domingo, el Gran Teatro fue escenario del pregón y el jueves, de un conciertos sinfónico de marchas de procesión.

Por lo menos hoy se salva el cineclub, que trae El Custodio, una argentina de un debutante, Rodrigo Moreno, que pasó por Sundance, San Sebastián y Berlín. Custodio es el ejemplo de palabra del español iberamericano que me encanta. Aquí significa guardaespaldas, profesión del protagonista a la se recurre "para mostrar la verdadera cara de la clase política".

Extendiéndome que es gerundio, seré concisa con el resto de la agenda. Una exposición: Un júbilo compartido, hasta el día 23 en la sala de la Diputación en el Museo. Más de 80 fotografías de gran formato de las fiestras y tradiciones de toda la provincia. Las mismas que ilustran el libro del mismo nombre. Muy buena.
Un lugar para quedar: el Mundo Otrobar, en la Plaza de Toros, el sábado por la mañana, que invita por apertura de horario.
Y para comer: la Feria Gastronómica Gallega, con motivo del 10 aniversaro de la casa de Galicia en Huelva, en el Puerto, frente a González Barba. Hasta el domingo, una selección de mis animales favoritos: berberechos, almejas, mejillones, bogavante, buey de mar, cigalas, vieiras, navajas, nécoras, percebes, pulpo...

Para una escapada os descubro un sitio que merece la pena visitar: la Fundación Montenmedio Arte Contemporáneo (NMAC), en Véjer de la Frontera (Cádiz): un museo en plena naturaleza muy recomendable donde se encuentran obras como la que aparece en mi foto de hoy.

Lo último. En este tiempo de Cuaresma tengo que recordaros que existen nuevos Pecados Capitales, después de que los de toda la vida se hayan quedado obsoletos. Por lo visto ahora consumir drogas es peor que la pereza, agredir al medio ambiente peor que la gula y ser rico peor que la lujuria. Creo que hemos ganado con el cambio. Así que pienso tumbarme en el sofá mientras me zampo una docena de torrijas pensando en... Chikilicuatre.

Si váis a la presentación del Anuario de la Asociación de la Prensa igual nos vemos allí. Si no, las tardes son largas y soleadas hasta que estén llenas de pasos.

Felices indulgencias

martes, 26 de febrero de 2008

Inventos vitales

Hacía tiempo que no tenía tantas ganas de llegar a la oficina como esta mañana. No por ganas de trabajar -aún sigo fiel a mis principios-, sino para ver cómo venían los periódicos tras el cúmulo de acontecimientos que nos regala últimamente ese invento llamado actualidad. Gracias a él existen la prensa y los blogs y así yo puedo decir que tengo mucho trabajo.

Escribía ayer Almudena Grandes que creamos la política porque tenemos problemas, pero también esperanzas, además de voluntad, sentido de la justicia, capacidad para creer y para ilusionarnos. En el artículo, ella se declaraba desencantada. Yo, que amo el artificio de la realidad en la que vivimos, decidí revisar los conceptos y anoche me tragué enterito el debate.

Estaba expectante. Como yo aún no había nacido cuando televisaron la llegada del hombre a la luna, me volví una admiradora de las retransmisiones en directo. Soy carne de audiencia: ingenua e impresionable. Con una ensalada en la mesa y una cerveza para abrir la mente, empecé a zapear entre la 1, la 4 y la 6. Mi madre me llamó por teléfono y le dije: Ahora no, madre, que va empezar la cuenta atrás. Me pregunté cuántos millones de españoles estaríamos viviendo esos apasionantes segundos previos.

Enseguida reparé en una realización limitada a planos cortos y fijos, tan previsible como las intervenciones de los contendientes y el peloteo del Campo Vidal. Eché de menos aquel público que siempre tenía una pregunta para ellos y añoré los socorridos sms sobreimpresos del tipo DBT08 ¿qué estás escribiendo ZP? ó DBT08 Mariano tuerce el ojo a la izquierda cuando ZP le dice la verdad... Por lo menos, hubieran animado la noche. En el descanso, me fui tranquilamente a la nevera a buscar unas natillas de postre pensando en un misterio al que aún no paro de darle vueltas: qué le estarían diciendo a los oradores la única persona que en aquel momento se podía comunicar con cada uno de ellos.Y qué les diría yo. Que entiendo a Almudena Grandes. Y que sigo estando huérfana de aquella emoción no vivida de julio del 69.

Para mí, lo mejor fue el guiño de Zapatero al follonero cuando nombró a Javier Bardem. No sé si sabíais lo que hizo: antes del debate prometió a él y a Rajoy que su voto se lo llevaría el primero de los dos que dijera el nombre del posible oscarizado (entonces aún no se lo habían dado).
De la la alfombra roja, lo mejor fue Pilar Bardem y su vestido de las rebajas del Corte Inglés. Eso es ser castiza y no el chanel de Pe. Del análisis de los premios, me quedo con el Homenaje tardío y justo a los Coen que escribe hoy Carlos Boyero.

Ante la falta de conclusiones que me brinda el ambiente electoral, me he comprado un libro: El candidato melancólico. Me encantó el título, pero lo compré sobre todo por lo que cuenta: de dónde vienen las palabras, cómo cambian, las historias que llevan dentro... Una joyita para los amantes de la etimología donde se dice, por ejemplo, que el lenguaje es poesía fósil. Así que ya tengo la conclusión de esta semana: prefiero el lenguaje a la política. Aunque ambos sirven para convencer, las palabras son más versátiles, más libres y menos aburridas. Y no tienen que prometer nada llamar nuestra atención: basta con que adquieran sentido al ser leídas por sensibilidades. Como las vuestras, por ejemplo.

El Cineclub proyecta hoy Naturaleza muerta, una peli china ganadora del León de Oro en Venecia hace un par de años. La cinta fue rodada íntegramente en una ciudad -china, claro- cuya vida cambió radicalmente con un enorme proyecto hidraúlico. Si siempre os convoco al cineclub es por este tipo de pelis imposibles de ver de otra manera y que a veces -no siempre- alegran la noche de los martes.

Dos recomedaciones más: El Jueves -estoy deseando ver la sección 'teníamos otras portadas'- y el programa del follenero el domingo a las 21.30 en la Sexta. Con el morro que le echa incluso consigue que la campaña parezca algo divertido

Y una mala noticia para los nostálgicos: Polaroid ha anunciado que dejará de fabricar negativos para sus cámaras instantáneas. A mí me regalaron una por la Comunión y lo he vivido como una pérdida personal. Adoraba el 'Dispara y mira' y la belleza de su imperfección. Como homenaje, propongo recuperar las que tengamos perdidas en los cajones de la memoria y montar una exposición en el Super8.

Pues eso, que la vida está llena de inventos: la actualidad, los debates electorales, Hollywood, las palabras, la Polaroid y otros más autonómicos, como el Día de Andalucía. Y hablando de inventos, los que os quedásteis sin tazas de Forges, estad atentos a El País el domingo: dan gratis dos posavasos con los forgendros: objetos imposibles diseñados por él para gente como nosotros.

Termino. Más que quién nos gobernará a partir del 9 de marzo, hay otras elecciones que han levantado el máximo interés y controversia en el ruedo nacional: La canción que nos representará en Eurovisión. Como al baile del chiki-chiki ya lo promociona Buenafuente, os dejo con el enlace de mi favorita.

Que la autonomía personal y colectiva os deje un buen festivo y un puente sin lluvia para los que amamos el sol

martes, 12 de febrero de 2008

Colección de rituales


Llevo media vida cambiando de cartera. Después de que a la última le estallaran las costuras de llevar tantos resguardos de compras, fotos de sobrinos y todo tipo de tarjetas que nunca uso, no me ha quedado más remedio que renovarla. Me he comprado una muy presentable, de piel cuarteada con certificado de Ubrique. Siempre he admirado a esas mujeres bien vestidas que cuando van a pagar sacan una cartera grande, elegante y ordenada, como corresponde a alguien respetable. Así que he decidido no ser menos y ya que no soy elegante ni ordenada, que por lo menos mi nueva cartera sea más respetable que yo.

Los hombres igual no entendéis este tipo de connotaciones. Es lógico: vuestras carteras, al ser masculinas, son más simples y despreocupadas y no tienen cierre de seguridad. Lo he comprobado: os basta con que sea útil para superponer capas de cualquier tipo de documento, ya sean billetes, anotaciones antiguas o el carné de identidad.

Para mí, en cambio, el trasvase del contenido de una cartera a otra constituye uno de los rituales preferidos de mi colección. De rituales.

Después de un tiempo conviviendo con una, me da pena desprenderme de ella, así que la vacío, la limpio cuidadosamente y la guardo en un cajón, junto a sus antecesoras. Conservo una que me regaló mi primer novio, otra con el logo de Superman de la época de la facultad y una de Mickey Mouse de cuando vivía en Londres. Lo que más me gusta es es revisarlas: siempre descubro algo nuevo en algún compartimento. Esta vez me he encontrado el carné de estudiante del curso 95-96, el tiquet de un café que me tomé con algún proyecto de ligue, la foto de alguien que me suena pero no recuerdo el nombre -igual era el ligue anterior-, un cupón y un bonometro caducaos, una estampa de Sor Eusebia y la entrada a un museo. La clave está en desprenderse de algo del contenido vigente para que se convierta en pasado. Así, la cartera vieja retiene algo propio y el futuro parece más ligero.

En esta última quería dejar olvidada para los restos la tarjeta de picar de la Diputación, pero pensé que mañana el ordenanza de la puerta no me miraría como a alguien respetable.

Cuando abro el cajón y entreasoman las carteras, siento que algo de otro tiempo que fue mío se mantiene en ellas y el ritual se llena de sentido. Como la última vez os hablé de metáforas, hoy sería la del remanente de la vida que fue y continúa.

El cineclub trae hoy una peli china, La boda de Tuya, de Quanan Wang, que ganó el Oso de Oro de la pasada edición de Berlín, "una cinta agridulce protagonizada por una comunidad de pastores mongoles". Si alguien se anima, que me llame para contagiarme de ganas.

En la tele, Los Hombres de Paco han fichado a nuestra simpatiquísima Laura Sánchez. No temáis por Lucas: en el periódico dicen que se lía con alguien del cuerpo, pero femenino. Si teneís la noche friqui, siempre está Tele5: Mercedes Milá os contará el Diario del... cambio de sexo de Amor, la de Gran Hermano.

Una expo: la colectiva de los Artistas Plásticos Onubenses que se inaguró ayer en la Sala de la Caja Rural. Una treintena de cuadros, esculturas, fotos y grabados que podeis visitar de 18 a 21 hasta el día 22.

El Instituto Andaluz de la Juventud convoca un certamen con un lema espeluznante 'Enamórate: SMS de amor'. Los interesados deben mandar uno o varios sms, originales e inéditos, de temas relacionados de algo tan poco original e inédito como el Día de los Enamorados. He estado leyendo las bases y le estoy dando vueltas. A favor: que admiten participantes de hasta 35 años, por lo cual me he alegrado intensamente de seguir siendo considerada joven. En contra: que piden que cedas los derechos de autor del mensaje. Entonces paso: si algún sms mío enamorara a alguien, se lo reenviaría de forma inmediata a una larga lista de candidatos a amantes.

De propiedad intelectual habla Rosa Montero en su columna de hoy respecto al canon digital: dice que el derecho de autor es un logro de la modernidad. Y luego que nos están secuestrando el pensamiento. Lo segundo ya lo sabía: por el mío ni yo misma pagaría el rescate. Lo segundo, lo dejo a vuestra reflexión.

Dudaba si hacerle una foto a mis carteras antiguas para colgarla en mi blog. Pero como el jueves empieza Arco y tengo nostalgia de Madrid, adjunto graffiti que encontré en un solar en obras del barrio de Malasaña.

Mi más acogedora bienvenida a mi querido amigo Antonio. Y a Ben y Ro, dos colegas de mi hermano que pasan a engrosar la lista de destinatarios. Encantada de conoceros y de seguir ampliando el grupo: sois para mí como una gran familia. A los nuevos os remito a mi blog, donde todo el mundo entra por primera y única vez:
http://bgoblog.blogspot.com/

Feliz martes a José Miguel por los años que suma hoy y por su recién estrenada independencia -residencial, que moral la ha tenido siempre-.

Os dejo, que tengo hambre. El domingo me invitaron al teatro en Punta. De toda la obra me encantó un cuento que contaba uno de los personajes. De tanto dar y recibir cariño, tenía el estómago lleno de besos. Que os aproveche también a vosotros.

martes, 29 de enero de 2008

Metáforas posibles


El Mercado sobrevive. Como llevan tanto tiempo anunciando el inminente traslado, el sábado cogí la cámara, a algunos amigos y a mi hermano para tomarme la penúltima cerveza a la penúltima hora, a esa en la que te dan el pescado más barato, cuando empiezan a limpiar el suelo con mangueras y la presión del agua arrastra escamas, mollejas, olores, y una parte de la vida de la ciudad y sus gentes.

Después caí en la cuenta de que la inaguración del nuevo mercado de colores es uno más de los anuncios de precampaña, que para algo todo gira en torno a la economía, ya sea doméstica, fiscal o bursátil. En mi vida había visto a tanta gente hablando del índice Ibex 35 como quien comenta el partido del Recre con el Getafe. Yo, como soy un poco futurista, soy más el nasdaq y el nikei y menos del Sevilla. Me encanta la palabra futurista.

El mercado de abastos es como una metáfora de los sábados: ambos son soleados, sugerentes y productivos. Para mí, mejorando los martes, martes, es el mejor día de la semana, el más libre. Por eso desayuno con tostadas, lavo la ropa de color y me pongo zapatillas de deporte. Por la noche, veo Informe Semanal. Aunque no lo he recomendado nunca, siempre es recomendable. Uno de los reportajes se titulaba Utopías modernas y alguien decía que la felicidad es un derecho que debería ser universal. Entonces me dí cuenta que a veces, los sábados, también son días felices.

Leo en un teletipo que Luz Casal, María Adánez y Jaime Blanch centrarán la oferta cultural del Gran Teatro para febrero y marzo. Bueno, y la rubia que es hija de Marisol. Lo mejor es que vuelve el cineclub, con lo que Mariví y yo traicionaremos a Lucas algún martes que otro. Pero eso será cuando vuelva: esta tarde me voy a Fitur. Creo que en el último mes he ido más a Madrid que a Valverde del Camino. Ahora que mi sobrino se engrandece cada día y el chico ha celebrado su primer cumplemes, debe ser una especie de imán que tira de mí, me mete en el AVE y me aleja de la rutina.

Fitur es como jugar a imaginarse cualquier destino y acabar creyendo que un stand es un territorio en el mapa. Por ejemplo: tengo una foto mía con Oscar Mariné en las marismas del Rocío en un bello atardecer de cartón-piedra.


Yo, en cuanto puedo, me escapo de las playas de Huelva y me voy a recorrer mundo por los pabellones internacionales. El año pasado me senté en un banco delante del Taj Mahal, me tomé un café en Colombia, un chupito de ron en la República Dominicana y como acabé tan cansada de atravesar continentes, me fui a Tailandia a que me dieran un masaje. Me gusta coger ideas útiles y cargar con objetos promocionales inútiles de toda índole que voy echando en una bolsa también promocional y que siempre acaban en mi tómbola. Una vez, aprovechando que una azafata estaba despistá, mangué una maqueta de un avión de las aerolíneas de los Emiratos Árabes para regalársela a mi sobrino. Cuando reparé en las connotaciones del hecho delictivo, sentí una especie de culpabilidad terrorista, así que me fuí a comer una hamburguesa XXL a los Estados Unidos y me reconcilié con el sueño americano.

Fitur es una gran metáfora de todo lo posible: el verdadero viaje es darse cuenta de que hay un mundo más allá de mi trozo de moqueta.

Os dejo con una de las frases lapidarias del Luisma del capítulo del domingo en Aida: "Mira que hago lo posible por evitarlo, pero al final, siempre termino pensando". Me encantan sus obviedades.

Besitos a Tino por dejarle plantado el sushi. Aprovecho para confesar que no me gusta lo crudo.

Cuidaros esos catarros y disfrutad intensamente del sol que nos regala este cambio climático que se ha instalado en nuestras vidas.

martes, 15 de enero de 2008

Historias de regalos


Empecé el año que ha alcanzado su primera quincena con dos dudas importantes. Una, si mantener el hábito de escribir en voz alta sin que se convierta en una esclavitud. Y dos, si seguir siendo fiel a los martes. Luego recordé que mi único propósito para el 2008 es no perder tiempo dudando, así que comienzo un nuevo correo y la semana que viene Dios dirá.

Los Reyes me han echado un sobrino, un teleobjetivo y un disco duro portátil para poder seguir almacenando tanta foto. En realidad, el sobrino es un regalo para todos y el disco duro me lo he comprado yo, pero quedaba bien relacionar las tres cosas.

Estaba pensando cómo describiros a Álvaro, pero me viene una imagen recurrente: es pequeño... suave, tan blando por dentro que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Me gustaba la descripción, pero el copyright lo tiene Platero y no es plan de comparar a mi sobrino con un burrillo, por muy tierno y juguetón que sea. Álvaro es mucho más: es cálido, rosado, despierto, soñador, plácido, con personalidad, nariz redondeada, ojos rajados, pies grandes y manos que me agarran con fuerza, recordándome que acaba de venir y que tiene toda una vida por delante para que lo quiera tanto como a su hermano.

En el plano material, los Reyes me han dejado muchas otras cosas interesantes relacionadas con mis principales aficiones. Un vestido y una bufanda para el fondo de mi armario, una manta de viaje para soñar escapadas en el sofá, dos libros de cuentos para alimentar el espíritu, y un queso y una caña de lomo para alegrar mi cuerpo serrano. Todavía lo tengo todo muy bien puesto en el sofá, creo que me da pena estrenarlos. Mientras están ahí, nuevecitos, siguen teniendo ese brillo mágico que tienen las cosas deseadas. También me encanta regalar. Por eso colecciono papeles de regalo que algún día encontrarán su contenido. Este año, mientras envolvía el chándal para mi madre y las camisas para mis hermanos, descubrí cuál sería uno de mis trabajos preferidos: empaquetadora. En cada regalo se cuenta una historia.

Mil historias contiene también la nueva librería que han abierto en la calle Vázquez López, casi en la esquina con la Avenida Italia. Es inmensa, ideal para detener el tiempo en las diferentes secciones, y una peligrosa tentación para el bolsillo, como dice mi amiga Mariví, que casi siempre tiene razón y siempre es mi amiga aunque no se lo anteponga al nombre. Allí podéis encontrar a un personaje adorable: Firmin, un culto ratón de biblioteca que vive en el libro que estoy leyendo y que es mi recomendación de hoy, dado que se acaba el correo y casi me olvido de las viejas costumbres.

Una mala noticia para los infieles al cineclub y buena para los amantes de las fiestas populares: el Gran Teatro vuelve a estar tomado por el Carnaval, te quiero. Y de ahí al pregón de la Semana Santa sólo hay una cuaresma y pestiños, empanadillas y las orejas tan ricas que se hacen en mi pueblo para endulzarla. Ah, y en medio San Sebastián, patrón de nuestra ciudad que no me extraña que sea un mártir con la programación que le colocan cada año. Los Mojinos Escozíos y La Madre que los Parió... a los programadores. Creo que los segundos ya vinieron en Colombinas o en La Cinta; el chiste, además de malo, me suena a repetido.

Después de quince días ausente de la realidad y de la ficción -es decir, sin ver la tele- estoy exultante: han vuelto House y Lucas. Las principales novedades son que el primero tiene que buscarse un nuevo equipo después de despedir al anterior y que Paco es comisario en funciones. Sólo hay un problema: han puesto las dos series a la misma hora. Qué les habré hecho yo a los programadores del mundo. Tendré que zapear entre la inteligencia del doctor y el cuerpo del delito, lo cual viene a confirmar mi teoría de que es imposible encontrar ambos atributos en un mismo hombre.

Me despido con una noticia que me hace gastronómicamente feliz. Éste es el año de mi alimento preferido: la patata. En serio, lo leí en El País. Felicidades al tubérculo que me ha dado tan buenos momentos a lo largo de mi vida, desde que mi padre me llamaba carapapa cuando era chica y pizpireta. Me gusta en todas sus variedades, cocinada y en paquete, desde las primeras onduladas que salieron al mercado, las matutano al jamón -somos muchos pensamos que le echan algo que engancha- hasta mi último descubrimiento: las suecas que venden en la tienda del Ikea. Os doy mi consejo para disfrutarlas aún más: cuando abráis vuestras preferidas, rociadlas con un chorreón de vinagre. Se multiplica el sabor.

En vista que la ONU ya no sabe qué celebrar, pienso presentarme voluntaria para proponer conmemoraciones venideras.

Enhorabuena a Nacho por el premio Ciudad de Huelva y felices rebajas para todos.
Tras el fracaso del Gordo y el Niño, sólo puedo desearos que la cuesta de enero sea lo menos empinada posible.