miércoles, 25 de marzo de 2009

Sentidos del tiempo



Últimamente pienso mucho en el tiempo. Me parece que últimamente es un adverbio temporal. Lo mismo no deja de ser una forma de perderlo -el tiempo- pero prefiero pasar el tiempo pensando antes de que se me vaya de las manos sin darme apenas cuenta. Creo que siempre me pasa en los cambios de estación, que son las épocas de entretiempo. El tiempo que va pasando y el metereológico tienen muchas cosas en común: son lineales y repetitivos, nos empeñamos en controlarlos y en medirlos: bien en días, meses, años o en horas, minutos y segundos. Para darle un poco emoción a tanta precisión, de vez en cuando llueve o sale el sol sin esperarlo. Nos coje desprevenidos, igual que cuando hay que adelantar o atrasar una hora el reloj cada cierto tiempo.

Como a mí me gusta pensar con propiedad, suelo leer mucho el diccionario. Últimamente, además de pensar, me he dado cuenta de que para opinar y para actuar es fundamental aclarar conceptos. Lingüísticamente, el tiempo tiene varios sentidos. Lo cual multiplica su significado:

1. Duración de las cosas sujetas a cambio o de los seres que tienen una existencia finita: Los relojes sirven para medir el tiempo. Buen comienzo. Me encantan las definiciones metafísicas. A lo que estáis tristes os diría aquello de que el tiempo lo cura todo. O pone a todo el mundo en su sitio. O no; pero sí distancia el motivo de la tristeza.

2. Periodo tal como se especifica; si no, se entiende que es largo: Tardó poco tiempo.
Puede dar lugar a equívocos, pero me surge una recomendación: invertir tiempo en aquello que más os guste.

3. Época durante la cual vive alguna persona o sucede alguna cosa: En tiempo de Trajano.
Ésta es fácil: Vivimos en tiempos de crisis.


4. Estación del año: Suele hacer frío durante este tiempo del año. Por eso la privamera ha llegado justo a tiempo.

5. Edad, especialmente para referirse a los bebés o crías de animales: ¿Cuánto tiempo tiene este ternero? El tiempo es ver crecer a mis sobrinos. Ver fotos de cuando eran más pequeños. Preguntarle a alguien cuántos cumple. Pensar cómo pasan los años. Pero casi siempre para los demás. Yo aún me recuerdo hace diez años imaginándome como sería con la edad que tengo ahora.

6. Edad de las cosas desde que empezaron a existir: El televisor tiene mucho tiempo, no es raro que no se vea bien. Ésta me gusta. La amistad y el amor tienen su tiempo y requieren tiempo, por eso hay que dedicárselo.

7. Ocasión o coyuntura de hacer algo: Tiempo de reposo. Termino con ésta. Me da la impresión de que se aproximan buenos tiempos. Noto que hay mucha gente contenta y se me ocurren varios motivos: el fin del invierno y las vacaciones de Semana Santa. Que ustedes lo disfruten.

Os dejo con lo que pienso cada vez que no me toca la Primitiva: rico no es quien tiene mucho dinero, sino quien es dueño de su tiempo. No me consuela, pero me siento más libre. De ahí la expresión: disfrutar el tiempo libre. Cuando queráis, lo aprovechamos para quedar. Hace tiempo que no nos vemos.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Belleza oculta


Leo en el periódico un titular: ¿Huelva tiene alma?. Y un subtítulo: "Expertos de todas las áreas se sientan a debatir en la Unia". Me quedo pensando. Me pregunto: ¿en qué hay que ser experto para opinar sobre algo así?. ¿Cura, psiquiatra, Iker Jiménez? Sigo pensando. Podría dar mi propia respuesta. Yo siempre he buscado el alma de las ciudades. Creo que es más fácil de conocer que las de las personas. Y una vez que las descubres, te sientes cómodo en ellas, como un sentimiento nuevo que te conmueve y que acaba quedándose a vivir contigo para siempre.

El alma de Sevilla me la encontré hace muchos años, montada en mi bicicleta. La de Madrid, en metro, saliendo por bocas que al principio nunca sabían dónde me dejaban. Con la de Lisboa me reencontré hace un par de fines de semana, entre las piedras de calles empinadas y el acero de los raíles del tranvía... Mientras seguía recordando se me vinieron a la cabeza sabores, olores, cielos, música. Como soy muy integradora, siempre he pensado que alma y el cuerpo son indisolubles, por eso una ciudad también es lo que comes en ella, a qué huele, el azul y el gris y sus nubes, la canción que ponían en aquel bar.

Finalmente, he aprendido a convivir con el alma de Huelva. Me costó mucho localizarla, incluso llegué a dudar sobre si realmente la tenía. A veces desaparece, se vuelve totalmente despersonalizada. Pero si está de buenas, termina ocurriendo lo mismo que en esas otras ciudades que todo el mundo elogia: te acostumbras a su forma ser, a llevarla dentro. Sé que muchos reniegan de defenderla. Yo tampoco lo hago, pero recomiendo que al menos se emprenda el intento de buscarla, sin necesidad de montar una tertulia sobre eso. El lunes puede merodear por la Plaza de las Monjas; el martes, en un bar con plasma para ver los partidos de la Champions; el miércoles, por el Gran Teatro, donde ha vuelto una actividad imparable -excepcional la nueva programación del cineclub, hoy concierto de Cantero Rock con actuación estelar de mi compañero Santi y el viernes Fados-; el jueves, tapita en el Agmanir; el viernes, en una salida a la playa; el sábado por la mañana, en el Mercado viejo, que sigue aferrado a la vida; y el domingo por la tarde, el alma de Huelva siempre llena el Nuevo Colombino.

Yo suelo sondear la salud de una ciudad a través de la cultura. Y últimamente veo la nuestra más en forma que nunca. En buena parte, la responsable es la oferta de exposiciones de Latitudes, que durará todo el mes de marzo. Y desde esta semana, hay que sumar una nueva propuesta, que aúna la fotografía y la ciencia: Armonía Fractal de Doñana. La podéis ver hasta el 12 de abril en el antiguo Hotel París y nueva sede de la Diputación, por si alguien no es de Huelva y todavía no se ha enterado. Hotel París. Suena bien. Vale como título de algo. De un corto, de un grupo pop, de un cómic.

Pues bien, allí podréis ver 32 imágenes aéreas sobre Doñana y las marismas de Héctor Garrido, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que sirven para introducirnos en "el complejo y apasionante mundo de la geometría fractal". Yo tampoco sabía qué era. Fractal viene del latín 'fractus', que significa irregular, fracturado, roto. Aprender una palabra nueva siempre me ha parecido fascinante. Más aún si su significado implica una nueva forma de ver las cosas: la geometría oculta tras la belleza natural. En la exposición se explican las leyes y procesos matemáticos de los fractales aplicadas a la fotos, que van acompañadas de textos tan bonitos que dan un sentido aún más poético a lo que se ve. Sólo por leerlos merece la pena la visita. Pero como sé que a muchos se os pasará, os adjunto la web, completísima, donde se recoge la exposición con todo detalle. Que la disfrutéis.
http://www.armoniafractal.com/

Os dejo, que esta semana tengo la impresión de ir con retraso en todo. Para terminar, una recomendación que no es necesaria: que sigáis disfrutando del sol en la calle, en la playa, en una barbacoa... Es el responsable de ese buen humor primaveral que todo el mundo parece tener últimamente.

Suerte a todos los que participáis este año en los Premios Huelva Joven y hacéis campaña en el facebook. Y a todos los demás, que hagáis cosas creativas, como recetas con gurumelos o apadrinar una estrella.