jueves, 11 de diciembre de 2008

Propuestas solidarias

Pasó el puente y el cumpleaños de la Constitución, el frío se mantiene y la afición por el facebook va a más. En unas horas acabará también el Trienio Zenobia-Juan Ramón Jiménez con un concierto de Carmen Linares y mientras tanto aprovecho para descargar fotos y contaros algunas propuestas para el fin de semana.

Mañana se inaugura en las Cocheras del Puerto el primer Encuentro de ONGs de la provincia de Huelva, que organiza el Área de Cooperación Internacional de la Diputación. Además de un espacio técnico, en el que se desarrollarán sesiones y talleres, habrá otro para la ciudadanía, denominado EnREDando, con actividades lúdico-solidarias que se desarrollarán durante todo el día. Además de proyecciones, exposiciones y ludoteca para los niños, hay una cantina con productos ecológicos y de Comercio Justo donde se puede tomar una tapa el sábado por la mañana o por la noche y luego quedarse a un concierto de un grupo de Senegal del que me han hablado muy bien.

El encuentro coincide en el tiempo con la Semana Cultural del Inmigrante, que ofrece en la Casa Colón la exposición Otras Culturas, con objetos cotidianos, vestuario, artesanía... El sábado por la tarde habrá talleres para niños y una muestra de folclore, con desfile de trajes típicos a cargo de las asociaciones de ecuatorianos, bolivianos y rumanos que viven en nuestra ciudad.

Por lo demás, el teatro vuelve mañana con La cena de los generales, dirigida por Miguel Narros y protagonizada por Sancho Gracia y Juanjo Cucalón. La historia cuenta el encargo de una cena en el Hotel Palace que hace Franco en plena Guerra Civil para homenajear a sus generales. La obra se estrenó hace poco con buenas críticas y es junto a la peli del cineclub del próximo martes, las últimas citas de este trimestre en el Gran Teatro, antes de los Belenes Musicales, los conciertos Fin de Año y otras fiestas de guardar.

Observo que con la crisis, la gente se acuerda poco de la Navidad. Creo que es porque nadie se atreve a hablar de consumo abiertamente. Es como si ahora hubiera que hacer las compras a escondidas, decir que en vez de cenas y borracheras interminables, "quedaremos un día para una cerveza antes de Nochebuena", y proclamar en cualquier ocasión que este año hay que apretarse el cinturón. Ya he dicho alguna vez que a mí el espíritu familiar y las buenas intenciones me entran más bien a última hora, así que puedo decir con las malas que tanta contención no me inspira ninguna confianza.

Mi mercadillo está casi a punto y como sé que todos estáis ansiosos por participar, he pensado ir publicando el contenido para que no se me acumulen tantas peticiones. A falta de local, los gastos de envíos corren por mi cuenta: haré una entrega semanal en la Plaza de las Monjas. Lo que más hay son bolsos: desde 2 a 5 euros, que es lo que cuestan los dos únicos bonitos. Si lo que queréis es simplemente colaborar, podéis elegir entre más de 100 objetos de Todo a un euro. Hay hasta una moneda de 100 pesetas en homenaje al dinero perdido. Es la primera remesa: no tardéis mucho en elegir, que se acaba la mercancía.

Los golosos podéis ir a partir del lunes a la Caja Rural: la semana que viene hay una Muestra de Dulces de Convento a beneficio de la Casa Paco Girón que está construyendo Valdocco.

Termino. Felicidades a mi administrador. Parece mentira que ya haya pasado un año desde el último post que hablaba de su cumpleaños. Si para Mariví el mejor regalo era la esperanza, para tí es el deseo de que se cumplan todos tus proyectos. Y tiempo para celebrarlo en compañía.

Hablaba de la inminencia de la Navidad, aún sin percibirla. Pero esta tarde, pasando por la calle Concepción, más allá de los escaparates llenos de maniquíes con vestidos de noche imposibles para el frío que está haciendo, escuché varios conjuntos de músicos callejeros. Con suerte os los encontraréis. Tienen complicidad entre ellos mientras tocan, sonríen si los miras, parecen felices. Unos con instrumentos de cuerda. Un poco más adelante, otros con flauta y de viento. Siempre vienen de lejos por estas fechas. La música es capaz de transformar las prisas en paseo, una calle peatonal en un espacio donde todo se detiene. El escaparate de Los Ángeles lucía como nunca: mantecados, peladillas, licores y todo tipo de delicatessen. La gente, abrigada y con las manos en los bolsillos, como para que el invierno no se cuele dentro de la ropa. Respiré lo que me dejaba la nariz atascada y cambié el rumbo hacia una administración de Lotería. No sé si creo en los milagros, pero sí en un tiempo para soñar.

2 comentarios:

Capitán Estribor dijo...

¡Ay, ay, ay Los Ángeles, Los Ángeles! ¡Qué rico, qué rico todo, ñam, ñam, ñam!
¿Hay cosas de allí en tu mercadillo?

superlópez dijo...

A los que los que hagan una compra mínima les doy de regalo un turrón bio de chocolate puro que no te puedes ni imaginar. Exagerao. Díme cuánto vas a invertir en el mercadillo y me pasaré por Los Ángeles