martes, 21 de abril de 2009

Historias de abril


Se me acumula el trabajo al mismo ritmo que las experiencias. El trabajo al que me refiero es, fundamentalmente, fotográfico, que es un esfuerzo para que lo vivido permanezca. Y a la vez, una forma de exhibicionismo de esas que tanto gustan en el Facebook. Las fotos del viaje a Dublín no se terminan nunca, como los buenos ratos que pasamos o las anécdotas de los amigos madrileños de Adela el día después de su cumpleaños.

Corren buenos tiempos para la recreación. De Letizia no hice fotos, pero tengo varias de Obama en El Rompido y de Pepe en las costas de Irlanda. Obama y Pepe son dos muñecos y Letizia es como una muñeca, toda ojazos y melena bien peinada. Los tres están en esa delgada línea que distingue la ficción de la realidad, que es la misma que separa la ficción de la realeza.

En muy poco tiempo han pasado muchas otras cosas, como varias cumbres internacionales, la Semana Santa y algunos cambios en el Gobierno para tener varios temas de los que hablar durante las vacaciones. Para mí Abril es un mes lleno de acontecimientos importantes, como el cumpleaños de mi madre y el de mi sobrino el mayor. Cada año, los dos van acumulando mi amor con más madurez, que es la palabra preferida de mi madre aplicada a mi vida. Por la ausencia en su aplicación, se entiende.

Abril también es el mes del regreso a cierta actividad cultural, un soplo fresco, como el aire de estas mañanas. Esta tarde podéis elegir entre el cineclub -la francesa Cuscús- o escuchar a Maruja Torres, que vuelve a la ciudad. Mañana el que vuelve es Cantero Rock al Gran Teatro, con un concierto de The Wave Pictures. Sólo me he quedado con tres datos del periódico: que es un trío británico, que proceden de una aldea de nombre también británico y que se les considera el grupo revelación de la temporada.

Buena racha de exposiciones: Pedro Rodríguez y Huelva York en la Caja Rural, y Gráfica Contemporánea de Puerto Rico en el Museo, dentro de una serie anual que organiza la Diputación y que siempre resulta muy recomendable. Una propuesta más: Type Directors Club de Nueva York. Es un club de expertos profesionales que reciben tipografías de todo el mundo; una selección de las mejores se puede ver en esta muestra. En la Escuela de Arte León Ortega. Estoy encantada con tanta modernidad.

He escuchado hoy en la radio que se cumplen 20 años de Internet. Ahora que quien más y quien menos pasa más tiempo frente al ordenador que frente al negro sobre blanco, es el mejor momento para perderse en los stands de la Feria del Libro. Mi madre me ha dicho que me ha comprado un cómic de Asterix en la que montan en su instituto. Sabe que yo soy mucho de clásicos. Mientras, me he sacado de la Biblioteca unos ensayos sobre la lectura: han seleccionado varios en las mesas de la entrada con títulos maravillosos como La intuición de leer, La intención de narrar o Leer con los cinco sentidos.

Voy acabando. Una amiga me contaba que en su agenda le falta el mes de abril. La pilló de regalo con una revista y venía con esa tara. Dice que igual por eso su vida está tan desorganizada en las últimas semanas. Me acordé de aquella canción de Sabina, de que alguien nos puede robar el tiempo si lo dejamos guardado en un cajón. Para mí Abril está siendo un mes sin prisas, para recrearme tranquilamente en las metáforas de la vida real e imaginada.

Os dejo con una foto y con una frase del ensayo que me ha gustado: "Disponerse a leer un libro puede ser no más que un pretexto para leerse a uno mismo sin ser molestado".

Felicidades, madre.
Y a los demás, feliz inicio de la temporada de romerías y que el borrador de la Renta os alegre vuestras declaraciones.

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