martes, 13 de enero de 2009

Espejismos


En estos días hay dos cosas que lo invaden todo: el frío y la guerra. Aunque las dos nos amargan la vida, el invierno se irá como vino. Pero en Gaza, este año, los niños muertos no permitirán que exista la primavera. Leo en el periódico que han descubierto un gen que podría ser causante del Parkinson, la depresión y el insomnio. Me alegro en los tres casos, en el de la enfermedad y en el de las dos dolencias de nuestro tiempo. Hay veces en los que la tristeza es suficiente para pasarse más de una noche en vela.

Mientras patentan la felicidad o perfecionan la lobotomía, una de mis opciones preferidas es escaparme a otras ciudades. Para despedir el año me fui a Berlín con buena compañía y me encontré un frío aún más frío. Luego a Madrid con mis sobrinos y resulta que los Reyes allí también eran Magos. De regreso en Huelva, cuando escribí la primera nota de prensa con fecha de 2009 pensé que el futuro nunca es tan lejano como creemos y por eso tenemos que crearnos espejismos para darle un nuevo sentido a nuestras vidas de siempre.

Para buscar nuevos rumbos en los próximos meses, os recomiendo leer más, adentraros en el apasionante mundo de los hobbys o empezar algún coleccionable de quiosco. No perdáis tiempo buscando festivos en el calendario: no hay ni uno hasta el Jueves Santo. Me pregunto a qué destinaré ahora todas las horas que siempre dedico a pensar qué haré cuando tenga tiempo libre. Quizás a hacer fotos o a imaginar. Por ejemplo, hoy, con en el frío, me he llevado un rato pensando en si realmente habrá amantes en el Círculo Polar.

Toca esperar que regrese el cineclub al Gran Teatro y el resto de la programación cultural del trimestre. Enseguida llegará San Sebastián, con su pregón, sus palmas y sus palmitos. En lo que resta de mes estáis a tiempo de pasaros por el Museo para iluminar cualquier tarde gris con las obras de Romero de la Rosa (Donde habitan la luz y las sombras) y de Pedro Rodríguez (De la luz en lo transparente). El jueves se inaugura una exposición de Jesús Zurita, Destemplanza, con título muy apropiado para el estado general.

Nunca hago propósitos de año nuevo porque sé que no voy a cumplirlos. Por eso, aunque llevamos ya quince días de enero y ni he empezado ninguna dieta ni he hecho ni una abdominal, no me siento nada culpable. Así que hoy os dejo una recomendación gastronómica: una nueva variedad de Patatas Lays, Receta al horno, se llaman. Un placer para la cena. Sé que la mayoría tenéis más voluntad que yo. Cualquiera, creo. Para que no tengáis mala conciencia, os diré que tienen un 70% menos de grasa. Lo leí en la bolsa cuando me terminé el paquete de una sentada.

Termino. Muchas veces hablo de mi amiga Mariví. Precisamente porque es mi amiga. Sé que ella está sufriendo mucho con lo que está pasando en Gaza. Y por otras cosas que no son tan importantes. Cuando es así, para lo que no es lo que de verdad importa, alguien me habló una vez de la inutilidad del sufrimiento. Ha sido una de las cosas más certeras que he aprendido en mi vida. Y una de las razones por las que me he sentado a escribir hoy es para recordártelo.

Como la cosa va de espejismos, adjunto foto que me hice el sábado en la BIACS, donde todo era un poco mágico e interactivo.

Creo que es todo. Que carguéis a cuestas con lo que queda de Enero de la forma más llevadera posible. Pensad que la crisis nos trae rebajas gratis. Y para seguir ahorrando, pronto publicaré mi mercadillo on-line. Nos vemos en el Facebook. Como con el frío no sale nadie, podemos crear bares virtuales. Para los enganchados, una última recomendación: compraros El Jueves, la adicción ha llegado hasta su mismísima portada.

Y ahora tendría que desearos un Feliz Año y todo eso. Yo os digo que tengáis un buen martes y que cada uno desee lo que le dé la gana.

4 comentarios:

Estribor dijo...

Bieeeen.
Gracias Begoña por seguir publicando. Es una alegría leerte.

Anónimo dijo...

Gracias a tí por leerme. Saberlo es mucho más guai.
Javier ha descubierto tu blog por casualidad.Ha flipado con las fotos. Me habló maravillas. Yo ya lo sabía. ¿Has quitado la de los ojos grandes?

Anónimo dijo...

Quizás sea un poco indiscreta por haber leido trocitos de tu vida, pero me gusta cómo lo cuentas y sobre todo me interesa las imágenes que reflejas de Huelva.
Necesito notar que esta ciudad se mueve porque aún no me termino que situar en ella.

Capitán Estribor dijo...

Oye, no te dije: la foto con la Nikon me encanta.