martes, 1 de abril de 2008

Trascendencias de primavera


Marzo da paso a Abril con una nueva legislatura, una hora menos de sueño y una más de sol, tras una semana más desapacible que santa y un suceder de días en los que si se habla tanto del tiempo es porque a lo mejor no se nos ocurren cosas mejores con qué llenarlos. A mí siempre me han parecido dos meses en uno, marzo y abril, unidos sin puente, los hermanos bastardos de Mayo, el embrión de la primavera, demasiado instalados aún en la tristeza cotidiana de los jerseis que sobran cuando hace calor y demasiado perezosos aún para pensar en piel desnuda, aventuras y otros caprichos de las hormonas.

Como me gusta que los meses tengan contenido, me he buscado un par de trascendencias. La primera será este sábado y constituye una experiencia nueva en mi vida. He sido designada madrina del bautizo de mi sobrino Álvaro. Como el tío es superlisto se ríe cada vez que le digo que ensayemos echándole agua por la cabeza. He estado buscado en Internet cuáles son mis obligaciones y he encontrado una profusa documentación sobre el tema. Cumplo la mayoría de los requisitos como "estar confirmado y haber recibido el santísimo sacramento de la Eucaristía". Pero en otros, como "llevar una vida congruente con la fe y no estar afectado por una pena canónica" tengo serias dudas. Mi congruencia es un poco subjetiva, pero eso daría para otro post. Por lo demás, siempre procuro estar afectada por las menos penas posibles.

En mi familia, gracias a mi tío Cirilo, las bodas, bautizos y comuniones tienen bastante libre albedrío, con eso de tener un cura que anda por casa. Esta vez, por lo menos, no me reñirá en medio de la ceremonia -"Begoña, deja ya de grabar": no puedo ser madrina, cámara y fotógrafo al mismo tiempo.

La segunda trascendencia es la ITV de mi coche. A los que no lo conozcáis, os lo presento: un Peugeot 205 Mito rojo con más de 200.000 kilómetros con el que he compartido momentos inolvidables. Lo elegí por dos motivos: por aquello de que es carne de perro y por lo de 'Contigo al fin del mundo'. Mi madre lo llama cascajo: no entiende que con él me siento tan protagonista del anuncio de ¿Te gusta conducir? como el dueño rico de aquella mano.
La ITV es un ritual del paso del tiempo que mi coche siempre ha superado victorioso. De momento, en la ficha técnica me han puesto 'Desfavorable': sólo tengo que cambiarle dos ruedas y ponerle tres o cuatro bombillas a las luces de freno, minucias. Lo haré encantada. Estoy deseando que me peguen la pegatina de 2009: la vida me parecerá un poco más futurista y mi coche tendrá un año más por delante.

El trimestre también se presenta prometedor en el Gran Teatro. Estoy con mi amiga Mariví en que por una vez hay que reconocérselo al Ayuntamiento. Mi vida cultural y mis martes desde que llegué a Huelva no serían lo mismo sin tantos años de cineclub. Hoy ponen Después de la boda, una danesa nominada al Oscar a la mejor extranjera que tenía muchas ganas de ver. Pero además el trimestre traerá a Luppi con el Hermitage y a Els Joglars, que ni siquiera han pasado por Madrid. Propongo cerveza posterior en el Prokope para inaugurar la temporada.

Dos expos: Las puertas de la percepción de José Guevara, en el Colegio de Arquitectos y Los Juegos Olímpicos y la China de hoy, en Cantero Cuadrado, con 60 fotos que muestran la transformación del país con la excusa de unos juegos que no podrán distraer la atención de lo que está pasando en el Tibet.

Mañana, también en Cantero Cuadrado, concierto de The Sunday Drivers, y el jueves, concurso de fotografía Un día en la Universidad.

Es todo por hoy. Dudaba si adjuntar foto de mi coche: he buscado en las carpetas y efectivamente tengo varias, como de todas las cosas que me importan. Pero mi deber de madrina y mi devoción de tita me dicen que Álvaro es perfecto para embellecer mi blog .

Termino con otra buena noticia. Wari, Rayuela y Viciosa han parido a sus crías de linces en libertad. Ayer, en casa, miré a mi peluche de lince que me regalaron los de Almonte en Fitur y me pareció que le brillaban los ojos. Pensé en que mis sobrinos sabrán lo que es un lince, en el ciclo de la vida, en la esperanza, en la ternura. Fue sólo un instante, pero sentí intensamente que había vuelto la privamera.

Feliz Día de la Diversión en el Trabajo. Pienso celebrarlo en cuanto salga de la oficina.

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