martes, 10 de julio de 2007

Cultura, Agustín y Wilson


Me reafirmo en la recomendación del festival 7 soles, 7 lunas como una de las propuestas más interesantes y apetecibles del mes de julio. La pena es que dure sólo dos fines de semana y éste sea el último. El concierto de Teresa Salgueiro me encantó y, con todos mis respetos a la voz crítica de la noche, consiguió ese plus universal de noche de verano que reúne buena música y luna blanca en un cielo abierto estrellado.

Eso sí, en los Castillos hace frío. Lo digo por el de los Zúñigas y por el de Niebla, donde el sábado ni la luz blanca de la luna compensó un solemne apagón al inicio de la obra. Tuvo algo de emocionante, la oscuridad. Despierta la imaginación. Me acordé de mis gafas de sol lunimosidad 4 y pensé que a veces se puede ver todo negro y a pesar de ello reconciliarse con la existencia.

El viernes viene a Cartaya una original propuesta y estreno en Andalucía, Gialetta, que integra a un italiano virtuoso de la mandolina y otro de violín; dos gemelas vascas que tocan la txalaparta, una percusión típica de allí; y a un músico portugués. La otra noche nos contaron que el concierto no es sólo "un excepcional diálogo de músicas mediterráneas", ya que durante la interpretación los músicos preparan una comida "panmediterránea" que ofrecen al público en una gran fiesta final. También tiene que estar muy bien el concierto de Nancy Vieira, de Cabo Verde, el sábado. "Una voz dulce, pero firme y grave, con la que transmite espontaneidad y sentimiento", en un recorrido basado en el Segred y cancionero de mornas, coladeiras y otros géneros tradicionales de su país.

La programación del Foro Iberoamericano arranca el viernes con Romancero Gitano, del Ballet Flamenco de Andalucía dirigido por Cristina Hoyos. Y en Niebla, el sábado, la Compañía nacional de Teatro Clásico con El Curioso Impertinente, de Guillén de Castro. Una obra "tan poco conocida como alabada por la crítica especializada", que tiene prácticamente garantizado el lleno, según me cuenta el director del Área de Cultura.

De hoy se puede destacar que la Academia Orquestal de la Fundación Baremboim-Said cierra a las nueve en la Catedral el ciclo de conciertos organizado dentro de los actos del Trienio Zenobia-Juan Ramón Jiménez. Bajo la dirección de Gregor Witt, 16 jóvenes músicos de distintas nacionalidades, interpretarán Ensemble de viento, que incluye piezas de Strauss, Gershwin y Mozart.

Hoy he quedado, y también me pierdo la oferta del fin de semana. Tengo una fiesta o reunión en honor de alguien que se marcha o que cambia de estado. Una despedida de soltera en Tarifa, vamos. 2x1, para ser más exactos, que equivalen a una boda en agosto y otra en septiembre. ¿A quién se le ocurriría que una amiga más que pasa por el aro es motivo de celebración? ¿Y qué pasa con las que queremos celebrar la despedida indefinida de los altares?

Antes del viernes tengo que desempolvar los muñecos hinchables que están lo alto del armario. Tengo dos, de las últimas despedidas, Agustín y Wilson. Siempre acaban en mi casa. Les arreglo los pinchazos y quemaduras de los cigarros para que cuando llegue el verano me sirvan de colchoneta. Ellos, a cambio, me brindan su mejor sonrisa y nunca me piden nada. Además no son celosos y me perdonan la promiscuidad. Han evolucionado respecto a los modelos de carne y hueso: no ven deportes en la tele y no tienen michelines.

PD. Hoy no hay enlace, pero sí foto. Considérese un regalito para las lectoras femeninas. Aunque tengo abandonada la crítica televisiva, os recuerdo que los miércoles siguen poniendo Los hombres de Paco. La trama está en un punto álgido y hay miembros del cuerpo de policía que sí que mantienen el interés de la audiencia. Y más ahora que, como dice mi amiga Mariví, Lucas está tan vulnerable. A ese sí que me lo llevaba a mi casa después de la despedida.

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